miércoles, 28 de enero de 2009








Heptamerón



Partes

1.La autora
2.El Heptamerón
2.1.Argumento
2.2.Estructura
2.3.Personajes de la historia marco
2.4.Temática
2.5.Un poco más sobre el Heptamerón.
3.En relación con el Decamerón de Boccaccio
4.La mujer en el Heptamerón
5.Comentario sobre un de los cuentos
5.1.Argumento
5.2.Análisis
5.3.Conclusión
Bibliografía



1.La autora

Margarita de Angulema nació en 1492 al oeste de Francia. Sus padres fueron Carlos de Angulema y Luisa de Saboya, y su hermano, Francisco I de Francia. Además, se casó de segundas nupcias con Enrique de Navarra, que a pesar de ser un rey casi sin reino y corona (pues los Reyes Católicos habían anexionado la Navarra francesa a la Española), se convertiría en aliado de los franceses contra los españoles.

Margarita de Navarra fue la primera autora de teatro en lengua francesa – Théâtre profane (1536-1548) – y la primera poetisa mística- Dialogue en forme de vision nocturne, Le Navire, Les Prisions. (Aubaud:1993:17)

Debido a su posición privilegiada y a sus gustos renacentistas, conoció a sabios y artistas del momento, entre los cuales: Marot, Bonaperture, Rabelais, quienes albergó y protegió en su corte. Dado que estos personajes estaban buscados por la Iglesia Católica debido a sus ideas reformistas. Ideas que compartía Margarita de Navarra, lo que la llevó a tener problemas con la Sorbona al publicar unos salmos traducidos por Clement Marot. También podemos ver la postura crítica hacia la Iglesia Católica en algunas nouvelles de su Heptamerón (como la XXIII, una de las más duras que lanza hacia los Franciscanos).

Margarita se mantuvo en el marco de la Iglesia Católica, posiblemente porque a su marido, deseoso por recuperar las tierras navarras que le habían sido arrebatadas, no le convenía buscarse problemas con Roma, lo que complicaría sus relaciones internacionales. No obstante, las obras de Margarita siempre tuvieron un fuerte componente religioso (éste es un rasgo muy presente en el Heptamerón); y su poesía ha sido calificada de mística además de que en su producción teatral priman los misterios.

Cabe apuntar que sus ideas religiosas no eran exactamente las de Calvino, Erasmo o Lutero. Lo que ella defendía era una especie de religiosidad más individual basada en las lecturas de las Sagradas Escrituras, la confianza en la bondad divina frente al orgullo y la hipocresía, pero sin renegar nunca de la Iglesia. Esto es lo que se puede extraer de la lectura del Heptamerón (particularmente de las palabras de Doña Oisille) y que se refleja no en el mensaje que promulga, sino en la falsedad de toda la jerarquía religiosa. Esto da pie a los estudiosos en la materia a pensar que sus reformas religiosas se hubieran llevado a cabo en toda Francia de no haber sido por las aspiraciones políticas que rodeaban a la gente de su entorno.



2.El Heptamerón

2.1. Argumento
Es otoño, varios personajes emprenden el viaje de vuelta a casa, tras la temporada de baños en el balneario de Cauderés. Las lluvias características de la época, unidas a la difícil orografía de la zona, dificultan su viaje hasta tal punto que se ven obligados a refugiarse en un monasterio. Así, poco a poco, se van sumando hasta un total de diez personajes: Oisille, Parlamente, Hircan, Longarine, Dagoucin, Saffredent, Ennasuite, Nomerfide, Simontaut y Geburon. Estos personajes son, posiblemente, lo único ficticio que tenga la obra, ya que tanto su lenguaje y sus actitudes como la geografía e historias que se nos describen son totalmente realistas y, permiten catalogarlos como personajes de alta condición social. Incluso, algunos de los personajes de la historia marco pertenecen al entorno de Margarita de Navarra, pero eso se verá más adelante.

La convivencia y el encierro inducen a estos personajes a buscar alguna forma de entretenerse, con arreglo a los criterios que establece Parlamente. De modo que cada uno de los días, tras oír misa y reflexionar sobre las Santas Escrituras, los personajes se irán a un prado cercano a contarse historias (verídicas) hasta que los monjes terminen de reparar un puente lo que le permitirá a cada uno de ellos continuar con su camino.


2.2. Estructura

El Heptamerón consta de un prólogo general, que sirve de presentación y justificación de la obra, y de 72 relatos, divididos en 7 jornadas completas (de 10 relatos cada una) además de la octava inacabada (con sólo dos historias). A su vez, cada jornada es iniciada por un prólogo y cada historia, por un título y un diálogo (que, a su vez, termina la nouvelle anterior). En el prólogo, la autora hace la promesa de contar hechos verídicos en oposición a las historias inventadas o provenientes de folletines. Pocas son las nouvelles que provienen, en efecto, de otros libros (nouvelle LX), o de eventos pertenecen a una realidad histórica (nouvelle XII) en esta última Margarita cambia el nombre de los personajes. No obstante, aunque los hechos son supuestamente reales en todas las historias los personajes son esteriotipados.
Como se puede ver, la estructura del Heptamerón es la de una colección de cuentos en la cual podemos distinguir dos planos narrativos:

a. La historia marco
b. Colección de nouvelles que se integran dentro de la historia marco.

La historia marco es una historia unitaria y lineal que empieza con una introducción que, a diferencia del Decamerón, no consiste únicamente en una declaración de intenciones, sino que se nos hace una presentación tanto de los personajes como de lo que es el propio espacio de la obra. Luego, la historia marco se irá desarrollando con la narración de los instantes previos a cada uno de los relatos. Así podemos decir que la función de la historia marco es crear la situación en la cual se inscriben los relatos que pertenecen al segundo plano narrativo, con una particularidad: que los diez personajes de la historia marco se va a convertir en narradores del segundo plano narrativo. De esta manera observamos cómo desde el punto de vista de la estructura, la obra tiene una gran coherencia porque la relación entre los dos planos narrativos está perfectamente tramada.
Además, la coherencia también viene dada porque la obra refleja lo que es el desarrollo de la realidad. Así, los relatos nos ofrecen ejemplos de anécdotas de la vida real que Margarita ha seleccionado para tratar de dar una visión global y unitaria de la sociedad en la que está viviendo. Obviamente, estos relatos no son elegidos de forma gratuita, pues responden a las distintas cuestiones que se plantean en la historia marco, marcadas por las discusiones que surgen entre los distintos personajes. De esta forma, el conjunto de esta colección de relatos va a provocar que la reflexión que de ellos se haga sobrepase el campo de lo filosófico, lo moral y del costumbrismo para realizar una reflexión a cerca del propio hecho de escribir. Esto viene justificado porque Parlamente plantea la importancia de contar historias y, con ello, ofrece una reflexión a cerca de la importancia de la literatura, ofreciendo, de este modo, un discurso metaliterario.

Volviendo al desarrollo de la historia marco, hay que decir que va a ser propio y que no tiene nada que envidiar a las nouvelles que se nos cuentan en el Decamerón. Así, el lector encuentra dos razones fundamentales por las que seguir leyendo:

- Para conocer los distintos relatos
- Para saber cómo acaba la historia de los diez personajes

De este modo, Margarita pretende evitar que el lector sólo se dedique al desarrollo de la historia marco.
Además, los narradores de estos relatos son los personajes de la historia marco. Esto traerá consigo una serie de consecuencias, ya que estos personajes evolucionan y es esta evolución lo que va a influir en el tipo de relatos que se nos cuenta. Asimismo, estos individuos van a interactuar entre sí, creando un nuevo juego. Así, por ejemplo, si un personaje está enamorado de otro, sus relatos van a estar condicionados por este sentimiento y esta situación, lo que demuestra que no es una simple colección de cuentos.

A parte de todo esto, otro elemento al que Margarita da mucha importancia es el espacio narrativo en el que confluyen los dos planos de la narración: los diálogos que se producen entre cada una de las historias, ya que es ahí donde se nos va a mostrar la personalidad de los personajes. Pero, a su vez, estas pláticas se encuentran íntimamente relacionadas con los relatos por dos motivos:

- El relato produce la discusión
- El relato funciona como elemento de paso que nos permite avanzar de un relato a otro.

Los diálogos también van a tener una función ideológica porque a través de ellos podemos ser testigos de la multiplicidad de posturas existentes en la sociedad, pues éste va a ser uno de los objetivos de Margarita.


2.3. Personajes de la historia marco
En primer lugar cabe destacar que los diez personajes no están igualmente desarrollados. Además, sobre su caracterización física tenemos muy poca información, a penas podemos tener una idea aproximada de las edades de cada uno y de su condición social. Será a través de sus intervenciones en la tertulia que podremos perfilarlos un poco psicológicamente. Además de las palabras, también cobran importancia las miradas de los hombres hacia las mujeres y el disimulo de estas, el tono de voz de los personajes (colérico, sonriente), los silencios, la extensión de los cuentos narrados. Todos estos elementos unidos nos van aportando matices sobre cada personaje.

Oisille: Es una anciana viuda con gran experiencia poseedora de valores claramente establecidos y representante de la nobleza más tradicional. Se trata de un personaje muy religioso, pero su devoción nunca se convierte en superstición. Se convertirá en la guía espiritual del grupo y es en este punto donde se va a ver el carácter humanista de Margarita de Navarra, ya que Oisille hace referencia a las Sagradas Escrituras y, por lo tanto, trata de dar una interpretación religiosa y espiritual a los diferentes relatos. Desde un primer momento queda clara su postura religiosa y su simpatía por la iglesia reformada, cuando nos es narrado que Oisille va a la abadía por curiosidad y no por superstición o milagrerías. El culto externo es rechazado por ella, pero la fe no.

Parlamente: Es el personaje más “cuidado” por Margarita de Navarra. Desde el prólogo podemos percibir a través de: “es una mujer que nunca estaba ociosa o melancólica”
Se va a convertir en la portavoz del bando femenino. Su propio nombre viene del verbo francés parler, lo que refleja su voluntad por el diálogo. De hecho, es ella quien propone que para entretenerse se cuenten historias. Es una mujer muy activa que tiene gran inquietud por el conocimiento y se muestra como la más sensata. Sus relatos son los más exitosos y gozan de un lenguaje mucho más cuidado, lo cual refleja que es un personaje culto (por ello, además, goza de ciertas situaciones de privilegio, pues con sus relatos suele o abrir la jornada o cerrarla). Tras la lectura de sus historias, podemos apreciar que siempre defiende el amor casto y la fidelidad, pero sin escandalizarse ante las narraciones más misóginas y extremas. Pese a que está casada con Hircan, algunos personajes del relato se van a enamorar de ella (aunque finge no darse cuenta).

Hircan: El marido de Parlamente y representa su contrapunto. Se convierte en el representante del bando masculino y, tras la lectura de la obra, vemos como entre su mujer y él se producen varias disputas seguidas de reconciliaciones. Hircan infunde posturas libertinas (que prohíbe a su mujer, de la que lo que más admira es su discreción) y critica siempre a las mujeres por dos motivos: la soberbia y la hipocresía. Por ello, no es popular entre el bando femenino, pero es respetado por su inteligencia y su agudeza en los debates.

Dagoucin: Encarna los ideales amorosos neoplatónicos (el amor puro, la fidelidad, quita importancia al amor carnal...), lo que produce el asombro y la sorpresa de sus compañeros varones y una predisposición favorable por parte de las damas (de hecho, en un momento dado de la novela, Hircan tacha sus ideales de "elevada filosofía"). Se nos muestra como un joven tímido e idealista, partidario del respeto amoroso y del respeto a la dama. Al igual que Saffredent va estar enamorado de una de las mujeres casadas.

Saffredent: Es un personaje totalmente diferente al anterior, Daugocin. Es más mayor y siente gran admiración por Hircan, con quien suele coincidir en sus opiniones. Se caracteriza porque no dice nada beneficioso de las mujeres, además es menos culto e inteligente que Hircan, lo que va a hacer que las mujeres se rían de él. Cita a la Biblia pero siempre con malas interpretaciones.

Simontaut: En la misma línea machista y misógina del anterior personaje, nos encontramos con el enamorado de Parlamente. Poco se dice de él, pero se puede apreciar que es un personaje que demuestra un gran sarcasmo que a veces roza la grosería.

Geburon: Es el hombre más mayor, lo que le hace ser el más sensato. Sus juicios son siempre muy moderados y no se deja llevar por la pasión. Demuestra siempre muy buena educación, se aleja de los comentarios machistas de algunos de sus compañeros y, aunque intenta hacer burlas sobre su avanzada edad, a veces se muestra algo nostálgico. Sus conclusiones suelen ser bastante moralizantes.

Longarine: Es una mujer casada por conveniencia pero, como se puede leer en el prólogo inicial, enviuda. En los debates se muestra muy ingeniosa y ocurrente. Poco más podemos decir de ella, sólo que es posible encontrar en ella una mayor seriedad que en Nomerfride y Ennasuite.

Nomerfide y Ennasuite: Se trata de las dos chicas más jóvenes y solteras. Su juventud va a provocar que estén todo el rato pensando en el juego, que les aburran las discusiones serias... Por ello sus debates serán muy espontáneos y sus relatos muy entretenidos y divertidos. Cabe señalar que en unos momentos del relato Ennasuite y Parlamente van a estas enfrentadas (¿tal vez por algún comentario de Saffredent que la joven muchacha ha respaldado y que a Parlamente no le ha gustado?).

Dejando a un lado todo lo que concierne a la estructura de la novela y las relaciones que mantienen estos personajes con ella, hay que decir que éstos son bastante novedosos. Con esta serie de personajes Margarita de Navarra innova, ya que hasta la fecha en la que escribió el Heptamerón, los protagonistas siempre habían sido campesinos o burgueses, mientras que en este caso se trata de nobles y personajes de la corte. Esto es así porque:

- Es una obra destinada a la nobleza.
- Si Margarita quiere escribir una obra realista, sus personajes deben de ser de un tipo determinado y que ella conozca a la perfección para poderles dotar de un comportamiento realista
- Se trata de gente con la que se relaciona.

En este sentido, hay que decir que muchos estudiosos han intentado ver en algunos de los protagonistas del relato a un personaje real. Así, tras Parlamente se escondería Margarita de Navarra; tras Oisille encontraríamos a su madre, Luisa de Saboya y tras la figura de Hircan, a su marido, Enrique de Navarra (Hircan responde al anagrama de Enrique en gascón). Sin embargo, estudiosos en la materia han querido ir más allá, y tras analizar las relaciones entre los distintos personajes y los posibles anagramas que sus nombres puedan formar, han especulado que:

- Longarine sea Aimée Motier de la Fayette, viuda del Señor de Longray
- Dagoucin: Nicolas Dangu, abad de una abadía francesa
- Saffredent: Heand de Montpezat
- Ennasuite: Anne de Vivonne, madre de Brantôme
- Nomerfide: Françoise de Firmarcon
- Simontaut: François de Bourdeilles, señor de Montauris
- Geburon: el Señor de Burye

Además, algunos de estos estudiosos han intentado ver tanto en Parlamente como en Oisille la figura de Margarita de Navarra en distintos momentos de su vida, ya que la edad de la autora al escribir la obra se aproxima más a la de Oisille que a la de Parlamente.


2.4. Temática

El tema del Heptamerón es el amor. El amor humano y el amor profano. El amor bajo todas sus formas de las más prosaicas a las más esprirituales.

Subtemas
- Lo negativo de los comportamientos humanos: misoginia y misantropía
- Exaltación de la fe en Dios y en las sagradas escrituras.
- Crítica a la hipocresía y a la superstición religiosa.
- El matrimonio.
- El neoplatonismo.

De cierta forma todos los temas tratados están relacionados con el amor, pues el amor a Dios, al esposo/a, a la verdad es sin duda el eje motor de la obra. Probablemente esta obsesión por el tema amoroso esté muy relacionada con su biografía, ya que Margarita de Navarra tuvo muchos pretendientes y dos matrimonios, uno de ellos con el duque de Alençon (un hombre gris del que no tuvo descendencia) y otro con Enrique de Navarra (en el que algunos han querido ver un matrimonio de Estado).
Dejando a un lado las razones que motiven a la autora a escribir una obra como esta, el caso es que el amor es el tema más destacado de los relatos del Heptamerón ya que sólo trece relatos prescinden de la anécdota amorosa. El resto de ellas oscila entre un desarrollo exhaustivo de una historia de amor (nouvelle X), una aventura galante (nouvelle XXV), conductas amorosas condenables y seguidas de asesinatos (nouvelle I), venganza (nouvelle XV)... Este es el punto de partida que le permite a Margarita un estudio detallado sobre el ser humano y su naturaleza, lo que viene a ser un análisis de las bases de la sociedad en la que vive. Así, la variedad de casos amorosos da paso al cuestionamiento y, en algunos casos exaltación, de valores como la castidad, la fidelidad, el honor, la discreción... Y nos permite establecer un gran rango de temas secundarios, como el papel de la mujer en la familia, reflexiones a cerca del matrimonio, de la religión, del sexo...
Entrando en un análisis más detallado de la obra, nos damos cuenta como los relatos tienen una finalidad moral, pues tratan de dar un ejemplo de un posicionamiento ideológico para poder sacar una conclusión. Pero, como es evidente, esos relatos responden a las características del relato breve: sólo pude existir una historia central alrededor de la que se desarrolla la trama y el estudio psicológico de los personajes es mínimo. Sin embargo, Margarita intenta introducir una elaboración psicológica mayor de lo habitual, algo que suele hacer gracias a pinceladas del carácter de los personajes y de su forma de pensar, pasando por alto sus características físicas.
Pero esos intentos por reflejar la realidad no son suficientes para lograr su objetivo. Por ello, y vuelvo a repetir una vez más, es tan importante la relación que existe entre ambos planos narrativos porque tanto la historia marco como los diálogos van a completar el análisis que se propone realizar Margarita. Además, esto viene reforzado por algo que Parlamente ya establece en el Prólogo de la primera jornada: que de las historias que se narran sean reales y que de ellas se puedan extraer algún tipo de enseñanza (lo que entronca directamente con los objetivos humanistas). De esta manera, Margarita no sólo logra dar mayor verosimilitud y credibilidad, sino que logra basar la literatura en la tradición oral de una cultura (de hecho, la única nouvelle que está basada en la tradición escrita es la LXX, pero Parlamente da licencia para contarla a Oisille, pues como se imagina que ninguno de los presentes la sabe, puede parecerles real).
El hecho de que estos relatos sean reales va a obligar a Margarita a esforzarse por introducir elementos que den aún más credibilidad a sus narraciones, como las anécdotas que les ocurren a distintos personajes históricos, o se van a basar en otras historias ficticias como:

- Historias que provienen de la cultura francesa (como la nouvelle XXX, que es una versión de la obra de Châtelaine de Vergy)

- Historias tomadas directamente del Decamerón, con lo que vemos que la influencia de Bocaccio es bastante fuerte. Esto ha producido diversas discusiones sobre si Margarita toma directamente el argumento del Decamerón o si, por el contrario, ambos recurren a una fuente común. (nouvelle III)

- Historias que provienen de cuentos grecolatinos (como la nouvelle VI)

También va ayudar a que lo que se cuenta sea más creíble, el que cuando se cuente una historia se hable de una poesía que, por ejemplo, un caballero le escribió a su amada cuando se encontraba en el exilio. O que se incluyan distintas cartas o manuscritos que se escriben los personajes de las historias. Asimismo, en lo que atañe a los personajes de los relatos, Margarita va a hacer uso de otros recursos como:

- personajes históricos
- personajes que son pertenecientes al entorno de los narradores
- personajes reales
- personajes de los que se omiten su nombre y algunos de sus datos (esto lo hace por discreción. Lo mismo ocurre con algunos lugares geográficos)
- personajes que en unas historias aparecen como protagonistas y en otras como secundarios y viceversa.

Del mismo modo, el lenguaje va a contribuir a dar esa sensación de realismo, ya que es sencillo y concreto (pero no por eso pobre). Con este fin, Margarita huye de las pomposidades y de las estridencias, lo que contribuye a dar una sensación de proximidad y le obliga a tener muy claras las diferentes ideas que desea transmitir.

Respecto al desenlace de los 72 relatos que componen el Heptamerón, hay que decir que van a ser justos: las personas virtuosas van a salir triunfantes, mientras que la inmoralidad y la degradación va a recibir un castigo. Así, por ejemplo, los clérigos lascivos y lujuriosos van a ser castigados (como ocurre en las nouvelles V, XXI ó XLVIII), lo que pasa es que va a existir una diferencia en la gradación del castigo (en una será descubierto y amonestado, en otra torturado, en otra condenado a muerte...). Esto no responde a ninguna razón especial salvo a que Margarita desea reflejar la realidad (y ésta es unas veces más justa y dura que otras). Algo parecido ocurre con las mujeres.

Todo esto llama la atención porque si la nouvelle tiene que tener una finalidad moral, el desenlace no lo es. La explicación a esto la podemos encontrar en que cada uno de los narradores busca una finalidad diferente al contar cada uno de sus relatos, lo que se puede observar en el progreso de los diálogos.


2.5. Un poco más sobre el Heptamerón

Una de las cosas que todavía no hemos comentado sobre el Heptamerón es que se trata de una obra que ha suscitado mucha polémica porque en un primer momento se analizaba bajo la misma lectura que se hacía de la obra de Bocaccio, pues se pensaba que era una obra única y exclusivamente de entretenimiento, cuyo eje era la picardía (se llegó a tildar de pornográfica). Esto creó muchas dudas sobre su autoría, pero que rápidamente fueron disipadas porque Margarita de Navarra era un personaje muy conocido y porque se aprecia en ella una doble personalidad. De hecho, si analizamos con detenimiento toda su obra vemos que no existen tantas diferencias entre su producción religiosa y el Heptamerón:

-Muchos de sus escritos religiosos van a existir bastantes aspectos de ligereza e ingenuidad, desvelando la sensibilidad de la autora en todo lo que concierne a los sentimientos humanos y sus debilidades.

-Si analizamos el Heptamerón, nos vamos a encontrar como su finalidad no es presentarnos toda una serie de episodios más o menos eróticos, sino que como ya hemos dicho, Margarita trata de profundizar en todas las formas del amor.

Sin embargo, un problema que todavía queda pendiente es que sigue sin quedar claro la fecha exacta de composición del Heptamerón y si esta obra es de madurez o recoge también relatos de juventud. Lo que sí parecía claro es que databa del año 1546 porque:

-Parlamente habla de la corte de Francisco I, que muere en 1547.
- Se menciona la aparición de la traducción del Decamerón (1545)
- En 1546 Margarita y su marido pasaron una temporada en Cataurets, localidad que aparece en el prólogo.

No obstante, en la actualidad se cree que esta cronología sólo es válida para el prólogo, ya que en la nouvelle LXVI Margarita habla sobre una anécdota que le ocurrió a Jeanne d'Albert y al marido de ésta, que no se casaron hasta 1548. Y Margarita, además, podía haber tenido antes de 1545 una traducción personal de la obra de Boccaccio pues le había encargado a Le Maçon que se la tradujera 15 años antes. Esto nos inclina a pensar que el Heptamerón no es sólo una novela de madurez.
Por otra parte, como se puede comprobar, la obra aparece inacabada: hay 72 relatos de los 100 propuestos. Esto se puede explicar porque, o bien se ha perdido parte del material original, o bien Margarita murió antes de terminar de escribir su obra.


3. En relación con el Decamerón...

Al hablar del Heptamerón de Margarita de Navarra es inevitable tener que aludir al Decamerón de Boccaccio. Como en la obra del autor italiano, la situación inicial es casual: diez personas se refugian en un monasterio por culpa de las fuertes lluvias que les obligan a hacer un alto en el camino. Pero además, podemos establecer ciertos paralelismos entre ambas obras: como que las fuerzas desencadenadas de la naturaleza representan a la peste que obliga a diez jóvenes a abandonar la ciudad en la que viven o como que los Pirineos se identifican con Florencia (en cuanto al lugar físico en el que se desarrolla la acción).

Podemos decir que el Heptamerón es heredero del Decamerón en lo que se refiere a las cuestiones formales: la narración pintoresca del prólogo inicial, reunión en un lugar agradable, alternancia entre historias divertidas y trágicas... No obstante, al mismo tiempo, estamos hablando de una obra totalmente diferente a la de Boccaccio ya que este "Decamerón francés" descarta toda historia ficticia o maravillosa. Además, la estética es muy opuesta a la elegancia del autor italiano, ya que a veces se encuentra cierta rudeza en el lenguaje y una sintaxis un poco pesada.

Otra cosa que distingue el Heptamerón del Decamerón es la importancia que tienen en la obra de Margarita los diálogos, que son bastante vivos y que, a pesar de servir como elementos de unión entre cada una de las historias que se cuentan, sirven para caracterizar a los personajes y mostrar su evolución psicológica. Además, sirven también para mostrar un enfrentamiento entre sexos y para confrontar una posición más "realista" y otra más "idealista" del amor.
No hay que olvidar que en el Heptamerón se intenta obtener una moraleja de cada historia que se narra (algo que se da en los diálogos que se producen al final de cada nouvelle), mientras que en el Decamerón el único mensaje extraíble se puede resumir en el carpe diem, pues entre sus 100 narraciones no encontramos tal finalidad.


4. La mujer en el Heptamerón

Hemos dicho anteriormente que el tema de la obra es el amor. A través del multiperspectivismo del marco narrativo, donde los personajes van tejiendo la ideología amorosa de Margarita de Navarra. Es a través de las actitudes y palabras de hombres y mujeres que irá se construyendo el panorama de la concepción de amor y del matrimonio en el siglo XVI.
Se pensamos que en el periodo anterior (la Edad Media) el amor alabado en Literatura era el amor cortes. El trovador cantaba a la frivolidad y la coquetería femenina, aunque que las mujeres casi inaccesibles eran las más celebradas. La belleza y la discreción femenina eran valores que estaban por encima de los valores intelectuales. Por otro lado, en los Fabliaux, casi siempre la mujer es vista como frívola, codiciosa e hipócrita. Y finalmente tenemos a los Lais de Maria de Francia, que son quizá una excepción, al hablar del amor sincero entre hombres y mujeres (en algunas ocasiones).

En el siglo XVI, sin embargo, la mujer empieza a influir en la sociedad (no nos olvidemos que la propia Margarita vino a España para intentar liberar a su hermano). Sin duda, uno de los pilares del papel femenino es la educación humanista. A través de la cultura y de su posición social privilegiada Margarita toma conciencia de que el mundo está cambiando, pero la mujer aún está demasiado ofuscada por el hombre. Observamos en su obra una estructura de mosaico, donde cada palabra, cada gesto de los personajes contribuyen a conformar una defensa de la mujer honrada, creyente e instruida.

Los personajes están divididos en dos bandos: femenino y masculino. Aunque se igualen en número, no poseen el mismo protagonismo. El bando masculino liderado por Hircan se caracteriza por la misoginia y el machismo (excepto Daugocin y Geburon).

No obstante, es en el bando femenino donde está la guía espiritual del grupo; dona Oisille y la persona con mayor desarrollo intelectual; Parlamente. De este modo, Margarita consigue elevar el papel de la mujer en la sociedad de su época, desterrando valores como la frivolidad y el orgullo. Así las cosa, la mujer fiel a Dios y a su marido y además inteligente y cultivada, representada por Parlamente, es la gran vencedora en los debates. Esto se da, no sólo por las ingeniosas intervenciones del personaje, pero también algunas veces por el contraste entre los posicionamientos masculinos y femeninos. Es a través de la actitud misógina de Saffredent y Simontaut con argumentos poco fundamentados, basados exclusivamente en la tradición machista, que se puede percibir que aunque la mujer empieza a tomar conciencia de su papel el hombre prefiere que nada cambie.

El amor sagrado, hacia a Dios y a las escrituras, está presente en el ritual diario del grupo y es acogido por todos de igual modo. Mientras que el amor hacia a un semejante parece estar subordinado a la clase social del individuo y su estado civil. Pues, no deja de sorprender al lector actual el desprecio hacia a la vida de los criados.

El amor humano, desde la postura elitista de Margarita, debe estar entre individuos de la misma clase social y dentro del matrimonio. Tanto es así que Parlamente respecta a su marido cuando disimula el cortejo de sus admiradores.

Dentro de la temática del amor humano está el sexo, que termina por ser el eje motor de casi todas las nouvelles. La incompatibilidad del juramento de los frailes con la lujuria está ampliamente criticada, así como la infidelidad femenina, aunque en algún cuento nos encontremos con el burlador burlado.

5. Breve comentario de un cuento

A continuación, realizaremos el comentario de una nouvelle de las que se compone el Heptamerón en la que veremos ejemplificado lo que hemos visto más arriba. En este caso, el relato escogido ha sido el XXIII.

5.1. Argumento
Oisille cuenta que en la región de Perigord había un caballero que era muy devoto a San Francisco y que creía que todos los que llevaban su hábito eran tan nobles como el santo. Pero resultó que una noche se presentó en su casa un Franciscano. Durante la cena el caballero, que deseaba a su mujer, le preguntó al monje que si pecaba si se acostaba con su mujer estando criado. Éste, en un principio le dijo que sí pero, a medida que iba comiendo y bebiendo, deseaba cada vez más a la mujer de su anfitrión, de modo que al rato le dijo que sí que podía acostarse con su mujer si estaba del todo limpia. Al haber ésta asentido, el Franciscano le dijo al caballero que fuera a la cama de su mujer una vez hecha la digestión, por lo que acordaron una hora para el encuentro.

El fraile, que había escuchado la conversación mantenida por el matrimonio, se adelantó al marido y llegó al lecho de la esposa mucho antes de lo acordado, lo que la sorprendió pues le había tomado por su marido. Una vez que el religioso se desfogó, se levantó y engañando a uno de los sirvientes del caballero, marchó a lomos de su caballo. En esos momentos se levantó el caballero y fue hacia el dormitorio de su mujer, pero ésta al oírle hablar a su lado, le dijo que si no había tenido suficiente ya, lo que hizo que éste comenzara a sospechar del Franciscano. Esos temores se confirmaron cuando su sirviente le dijo que se había marchado, de manera que marchó enseguida el caballero para intentar darle alcance.

La joven, mientras tanto, al considerar todo lo ocurrido, decidió quitarse la vida, llevándose sin quererlo la del recién nacido. Los gritos de la criatura despertaron a hermano de la muchacha, que al ver a los dos fallecidos y no encontrar a su cuñado, pensó que éste era el autor de las muertes, por lo que salió en su búsqueda para vengarse. Ambos se encontraron cuando el caballero regresaba, sin éxito, de perseguir al monje y, su cuñado, al verle y debido a su sed de venganza, le clavó su espada. El caballero le preguntó por las razones del enfrentamiento y éste le dijo que era su castigo por haber matado a su hermana y a su sobrino. Al oír estas palabras, el caballero le contó las razones por las que había salido aquella noche y, aunque su cuñado le pidiera perdón y le ayudara, no consiguió salvarle de la muerte a la que le había condenado tras la estocada.

5.2. Análisis
Éste es uno de los relatos más duros contra los Franciscanos que aparecen en el Heptamerón y se inscribe dentro de la tercera jornada, cuya temática versa en honrar y criticar a la Iglesia.
Lo primero que nos llama la atención de esta historia es la primera frase: En la región de Perigord había un caballero [...] ya que, a parte de introducir y presentar lo que Oisille nos va a contar, ofrece una localización geográfica y un caballero del que se oculta su nombre (al igual que ocurre con el Franciscano). El efecto que produce es que nos da sensación de que el relato es verídico, cumpliendo así una de las condiciones fundamentales que Parlamente establece en el prólogo. Esta impresión de que todo lo que se nos cuenta es real crece porque lo que ocurre sigue un orden lógico y temporal y porque, al final, aparecen dos personajes históricos (el rey Francisco I y el letrado Francisco Olivier) con los que uno de los protagonistas de esta nouvelle interactúa (el cuñado del caballero devoto).

Respecto a la temática, hay que decir que el relato tiene un alto componente anticlerical que estaría muy en relación con lo que pensaba Margarita de Navarra y lo que propugnaban las nuevas teorías humanistas sobre la Iglesia y la reforma Católica. En este caso los vicios de la Iglesia se encuentran representados por la figura de un Franciscano, que se comporta de forma totalmente distinta a lo que había promulgado San Francisco de Asís: es bebedor y lujurioso. Y es, precisamente, el cumplimento de este pecado capital por el que se desarrolla la tragedia de la historia, ya que en lugar de estar de maitines (y, por tanto, cumpliendo su obligación) se estaba divirtiendo con la mujer de su anfitrión.

A estos efectos, hay que señalar uno de los pasajes más duros contra los Franciscanos que hay en toda la novela y que viene marcado por todo el desenlace de la historia (desde Quedó la joven sola en su lecho, sin más consejo ni consuelo que su hijito recién nacido, y al considerar el horrible y espantoso caso que le había sucedido [...] hasta prácticamente el final). Se trata, como hemos dicho, de uno de las críticas más duras contra la orden porque hasta este momento los ataques se podían calificar de malintencionados, pero basadas en acusaciones más "tradicionales" (como su afición por la buena vida). Pero aquí se hace hincapié en las ideas religiosas: se contrapone las enseñanzas de los Franciscanos y el credo de los evangélicos, invalidando la salvación por las obras (que no vale de nada sino se confía en la gracia divina para situaciones límites como ésta, que lleva a la desesperación y a la muerte).

Entrando en un análisis un poco más detallado, nos damos cuenta de cómo se cumple algo de lo que hablábamos en el apartado anterior: que el relato tiene una finalidad moral (que en este caso es que hay que pensárselo dos veces antes de acoger a algún fraile) y que responde a las características del relato breve. De esta manera, vemos una historia central alrededor de la que se desarrolla la trama y un estudio psicológico de los personajes mínimo, marcado principalmente por rasgos psicológicos. Así se dirá del caballero que es muy devoto y de la mujer que es muy bella, prudente y virtuosa (un perfil de mujer defendido y alabado a ultranza por Oisille, que es quien nos cuenta la historia).

Es momento ahora de hablar de algo sobre lo que no lo hemos hecho todavía en este apartado: los diálogos. La nouvelle que estamos tratando viene introducida por la discusión que provoca la anterior, contada por Geburon y cuyo tema es también anticlerical. Vemos, por consiguiente, que son elementos de unión entre los diferentes relatos que, a parte de cohesionar la novela, entronca a cada una de las historias dentro de la historia marco. Además, también podemos apreciar el intercambio de opiniones que se produce en cada uno de los diálogos, que remite al propósito de reflejar la realidad que tiene Margarita de Navarra con el Heptamerón.

En cuanto a lo que se dice, me gustaría señalar la primera intervención de Geburon al terminar de narrar la historia (He aquí una historia, señoras, que confirma lo que dice el Evangelio...) porque cita de memoria un par de frases que toma de las Sagradas Escrituras, lo que muestra una de las propuestas humanistas: leer y estudiar directamente las obras [clásicas] y no por medio de resúmenes (como se había hecho durante la Edad Media). Otra cosa que también me gustaría subrayar es que Geburon cede la palabra a Oisille, a la que le ha oído decir a Nomerfide que hay frailes malos pero que también los hay buenos. Con esto pretende remediar su falta (pues cree que se ha excedido al contar la historia de un mal monje), lo que nos demuestra su carácter prudente y cómo, a partir de los diálogos y de los relatos que nos cuentan, podemos ver la psicología de los protagonistas.

Volviendo al argumento del diálogo, Oisille le dice a Geburon que no puede atender su petición porque no encuentra argumentos favorables para defender a las Santas Órdenes. De hecho, se muestra bastante explícita en este aspecto, ya que desea mantener la promesa que se ha hecho en el Prólogo inicial de decir la verdad. (Como hemos jurado decir la verdad -contestó Oisille, no podría defender tal opinión). Además, este fragmento dice mucho, ya que la guía espiritual del grupo no es capaz de hacerse cargo de la defensa del clero regular. Asimismo, este párrafo le sirve para introducir la historia que a continuación nos va a contar.

Por lo que respecta a la conversación posterior al relato que estamos comentando, hay que decir que Oisille deja bien claro que la moraleja que quiere que se extraiga de su historia es que hay que pensárselo dos veces antes de acoger a un fraile. De la intervención de Hircan podemos extraer que es bastante agudo ya que con lo que dice pretende hacer reír al grupo (haciéndole una burla al protagonista de la historia). En el caso de Parlamente, queda demostrado cómo no sólo no se escandaliza ante las situaciones más extremas, sino que además se permite el lujo de bromear un poquito. Y en el de Geburon, vemos cómo hace referencia a sus tiempos de juventud con añoranza (en este caso porque antes sí que se podía confiar en los frailes). Sin embargo, es Saffredent quien, en su segunda intervención, propone cambiar de tema aceptando con resignación el poder del que gozan los clérigos. De este modo, Oisille cede la palabra a Dagoucin porque sabe que va a introducir un relato de temática amorosa (en el que se van a reflejar sus ideales neoplatónicos).

Para finalizar en este apartado, me gustaría señalar que en este relato me ha sorprendido mucho la actitud de Oisille, pues se muestra bastante tajante y radical, algo a lo que no estamos muy acostumbrados a ver en el libro, pues suele ser bastante moderada. Digo esto porque la historia que nos cuesta es bastante extrema y deja a los Franciscanos muy mal parados, pero además, por su segunda intervención en la discusión, ya que dice:

- Es una lástima que los encargados de administrar los sacramentos jueguen con ellos de esta manera. “¡Deberían quemarlos vivos!”

Atribuyo estas palabras a un sentimiento de indignación por su parte al ver en lo que están convertidas algunas órdenes religiosas y la iglesia católica, además de que se han alejado de lo que promulgaban las Santas Escrituras. Es en estas palabras, por ejemplo, dónde podemos apreciar lo que muchos estudiosos y críticos literarios han creído ver en Oisille: que representa a Margarita de Navarra en su madurez. Esto cobra sentido si tenemos en cuenta algunos de sus datos autobiográficos: que era una librepensadora, que apoyaba una reforma de la Iglesia Católica (aunque nunca llegó a desvincularse de ella), que en su corte cobijó a distintos autores buscados por sus ideas reformistas...

6. Conclusión

Como ya hemos visto con el análisis de la nouvelle XXIII, la temática anticlerical tiene un gran peso en el Heptamerón. De hecho, Oisille exclama en una de las últimas jornadas que si no se van a librar de los cuentos de los Franciscanos. Con estos relatos, Margarita de Navarra demuestra que se hace eco de los movimientos reformistas y anticlericales que hay en su época y los refleja. Así, por ejemplo, podemos ver que la hipocresía es el mal común a todos los Franciscanos y que son ellos los que protagonizan muchas escenas de enredo, al igual que ocurre en los Fabliaux (por ello no es de extrañar que la novela de la que hablamos fuera catalogada como tal y no se atribuyera a su autora).
Pero Margarita, como la mujer librepensadora que es, también refleja los ideales humanistas, entre los que se encuentra la lectura directa de todos los textos (sin traducciones ni adaptaciones, no como se había hecho en la Edad Media). Esto lo podemos ver con mucha claridad en el Prólogo de la tercera jornada, cuando un narrador omnisciente dice que Oisille estaba preparando la lectura (se entiende que va a ser directa y de las Santas Escrituras) que les iba a hacer y que va a tener relación con lo que estuvieron hablando la jornada anterior (lo que pone al Prólogo en relación con el desarrollo de la historia marco). Además, si nos fijamos en detalles como que almorzaron con sobriedad (evitando excesos y sólo lo necesario) y que estaban tan concentrados y absortos que no habían oído las campanas de misa mayor, que recuerdan a pasajes del Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, podemos insertar la obra de Margarita de Navarra dentro de una tradición literaria.
Tras la lectura de la novela, nos damos cuenta de que otro punto importante es el amor (tanto sagrado como profano). Los relatos con esta temática, a parte de mostrar las relaciones que mantienen los hombres y las mujeres entre ellos y con la sociedad, también sirven para ir configurando el "carácter combativo" del Heptamerón. A lo largo de los diálogos podemos ir viendo cómo las mujeres que se refugian en la castidad, la fidelidad, el honor, la discreción y la moral cristiana, luchan por defenderse del bando masculino que intenta desprestigiarlas calificándolas de hipócritas, falsas, astutas y maliciosas (ya que, por ejemplo, detrás de su actos aparentemente más desinteresados creen que existe algún interés). Es en estas discusiones donde se establece el papel que tanto el hombre como la mujer tiene en la sociedad, intentando que el resultado sea justo e igualitario (no en vano los protagonistas son 5 hombres y 5 mujeres). Es también ahí donde vemos que la moralización se balancea entre un mensaje virtuoso y una libertad de conductas amorosas (que se justifica por la debilidad del ser humano).
Por otra parte, a lo largo de la novela podemos notar la influencia de Platón en dos aspectos fundamentales. El primero reside en los diálogos, pues recuerdan al método socrático con el cual, por ejemplo, el filósofo griego escribió La República o El Banquete. Una de las características de este libro y que Margarita parece tomar (pues con el término palabra podemos resumir el Heptamerón) es que a través del diálogo y del intercambio de ideas es posible aprender. El segundo de estos aspectos lo encontramos en los ideales neoplatónicos, que replantean la filosofía del amor y la concepción de la pareja y que se encuentran representados por Dagoucin (cuyo comportamiento e ideas a veces recuerdan al amor de los trovadores). La propia estructura abierta al diálogo entre los personajes refleja influencia de Platón.

Bibliografía:
AUBABUD , Camile (1993) Lire les Femmes de Lettres. ed. Dunod, Paris.
nota: Heptamerón leído en la edición de Cátedra cuya referencia completa no dispongo ahora.






INTRODUCCIÓN

Nuestro objetivo en este trabajo es comentar un fragmento de "Dels cotxes", perteneciente a Les essais de Michel Montaigne, para este fin utilizaremos la traducción al catalán.
Montaigne es sin duda el precursor del género ensayístico argumentativo. Sus ensayos fueron publicados entre los años 1570 y 1588 en tres libros. Dichos libros fueron constantemente corregidos, comentados y ampliados por el autor que concebía su obra en evolución continua. El ensayo que comentaremos a continuación hace parte del tercer libro.

Los ensayos son, en realidad, reflexiones del autor sobre el mundo y sobre el hombre. Ensayar era, para Montaigne, experimentar un pensamiento y juzgarlo desde puntos de vista diferentes.
Tenemos claro que la situación histórica que le tocó vivir a Montaigne es bastante diferente de la nuestra y también somos conscientes de la gran dificultad que supone comentar a un autor tan complejo. No obstante, nos arriesgaremos a interpretarlo intentando siempre justificar nuestras conjeturas.

TEMA
Nos atreveremos a decir que el tema central de este ensayo es la decadencia de Europa.

SUBTEMAS
- Crítica a la intolerancia.
- La avaricia
- El mundo clásico como modelo de civilización, inclusive en las guerras y en las conquistas.
- “Civilización” vs “barbarie”: ¿Quién son los verdaderos bárbaros?
- La otredad. Montaigne se coloca en “la piel” de los nativos.
- La justicia humana y la justicia divina.

ESTRUCTURA

El ensayo "Dels cotxes" empieza hablando de los coches como alegoría del mundo civilizado. No obstante, el fragmento estudiado por nosotros empieza en la página 134: “El nostre món acaba de trabar-ne un altre...” y termina en la página 139 al final del primer párrafo.

1º Parte: En esta primera parte podemos observar que Montaigne relaciona el nuevo mundo con Europa utilizando recursos retóricos, como la comparación y la personificación.
En el primer párrafo ya percibimos la intención del autor en tratar tanto a Europa como a América de manera personificada. Nos damos cuenta de esto en expresiones como: “trobar-ne”, “germans” “infant”, “se enseñen encara el seu abecé”, “la seva mare nodrissa”, etc.
De esta forma los dos continentes son descriptos como pertenecientes a etapas distintas del proceso evolutivo humano - Europa es vieja, mientras América acaba de nacer. Y como la vida es evolución, concluye Montaigne que América estará plena de vigor mientras Europa estará decadente, caduca. Por otro lado, el autor plasma con admiración la magnificencia de Cuzco y Méjico plenas de riquezas naturales y poseedoras de hombres valerosos.
También nos parece interesante comentar que Montaigne, como fiel seguidor de la filosofía Socrática, es un hombre que se cuestiona constantemente sobre lo que observa. De tal modo, que no descarta la posibilidad de la existencia de otros mundos por descubrir, a un mismo tiempo que deja claro que las cosas pueden existir sin que tengamos conocimiento de ello.
En el segundo párrafo, nos encontramos con un punto de vista personal del autor, marcado por la primera persona: “Molt em temo”. No obstante, América sigue siendo tratada como un ente, es decir, capaz de contagiarse y sufrir serias consecuencias con las imposiciones europeas. Debemos tener claro que en la época de Montaigne la palabra contagio estaba asociada con las grandes epidemias que asolaban Europa, así las cosas, el autor consigue dar una idea bastante significativa de lo que supuso para los indios americanos el encuentro con los europeos.
La ironía, marca indiscutible de los Ensayos, aquí, queda patente con el juego de contrastes que hace el autor. Pues, dice que América no fue sometida por las virtudes europeas como: el valor, la justicia y bondad. Sin embargo, nos hace notar que los americanos[1] sí sufrieron las consecuencias de la conquista, no por ser inferiores en cuanto a la cultura, el valor o la riqueza, sino justamente, por todo lo contrario. O sea, la bondad, la devoción y el carácter franco de sus gentes fue el que les arrastró a la sumisión.
En el párrafo tercero, Montaigne enumera una serie de virtudes de los nativos americanos: “l’ardilesa i al coratge; “la fermesa, la constància, la resolució contra els dolors i la fam i la mort”. Pero sin duda, cuando compara el grado de cada una de estas virtudes con “als més famosos exemples antics” es que enaltece verdaderamente a los nativos americanos. Pues, Montaigne como hombre del siglo XVI tenía como modelos de perfección y valor a los grandes hombres de Grecia y Roma. Según Peter Burker, Montaigne tenía profunda admiración por: Homero, Sócrates y Alejandro Magno entre otros ilustres. Notamos un aire audaz en esta comparación, pues a los presuntos salvajes les compara con grandes nombres de la Historia.
Por otro lado el conquistador europeo no deja de ser vil y mezquino, dispuesto engañar y matar para apoderarse del patrimonio de los americanos. Montaigne utiliza la comparación otra vez, para dejar claro el asombro que la armada española (barbuda y cargada de armas) pudo producir en hombres desnudos, imberbes, y que apenas poseían rudimentarias armas. La curiosidad y la buena fe hicieron de los nativos un blanco perfecto para el engaño. El autor insinúa que no hay mérito en vencer cuando la lucha es tan desigual. Además, de alabar el valor de los nativos que preferían morir para defender a su dios y su libertad, nos dice que se la lucha fuese en igualdad de condiciones el resultado podrían muy bien haber sido otro.
En el párrafo cuarto, Montaigne se lamenta que América no fuera descubierta por Alejandro Magno, por los griegos o romanos de la antigüedad. Pues, el autor estaba fascinado por la edad Antigua. Hecho este bastante común en su época pues, el Renacimiento buscó sus claves en la Antigüedad clásica. Queda patente que la intolerancia y la ignorancia de los europeos del siglo XVI, es lo que marca la diferencia entre la época clásica y el siglo XVI. Pues, las conquistas existieron siempre así como el interés por poder y fortuna. No obstante, los conquistadores del XVI estaban faltos de tolerancia y de sed conocimientos tan característicos del periodo clásico.
Para Montaigne, América debería ser un lugar de intercambio cultural donde los nativos y los conquistadores intercambiarían conocimientos, y esto resultaría un enriquecimiento mutuo. No obstante, el conquistador fue a saquear, a traficar a cualquier precio, para esto casi exterminó a los nativos. Es decir, el único que interesaba era el dinero pues, la avaricia era quién guiaba a los súbditos de los reyes de Castilla. Por otro lado, Montaigne demuestra gran agudeza al mencionar al rey de Castilla (los reyes católico de España) como “al qual el papa, representant de Déu a la terra, havia donat el principat de totes les indies”, pues deja claro que detrás del motivo religioso de cristianizar a los americanos se escondía la codicia. Entendemos con esto que el papa era el representante de Dios en la tierra, y el rey el representante del papa en las Indias. Los reyes de Castilla como abanderados de Dios y supuestamente en su nombre tienen el derecho de conquistar América. Consideramos que, aunque Montaigne fuera católico, sí era consciente de los intereses del papa. Sin embargo, él no cuestiona en ningún momento a la Iglesia.
Nos atreveremos a decir que Montaigne utiliza un lenguaje en clave. Es decir, a la vez que denuncia el abuso de los conquistadores crítica en clave la situación de Francia y Europa. Opinamos esto por que Francia en esta época estaba dividida por las guerras de religión, sin embargo, estas guerras tenían un secreto móvil de poder y de dinero. La población más humilde era en realidad la que más sufría con las masacres, ajena este móvil verdadero de las guerras. El descubrimiento y conquista de América sirven para traer a la luz el verdadero hilo conductor de las guerras y las conquistas: el dinero.
En el sexto párrafo, Montaigne nos cuenta la historia del rey inca que fue secuestrado y por lo cual los españoles pidieron una verdadera fortuna como rescate. No contentos con el dinero, inventaron falsas sospechas de rebelión, y lo colgaron para después quemarle vivo. Montaigne a todo esto acrecienta la dignidad del rey que soportó todo el martirio sin inmutarse. Este episodio de Perú nos hace pensar en la caza de brujas que había en Europa y cuyo final era exactamente igual: la hoguera.
En el séptimo párrafo el autor nos habla del rey de Méjico, el cual sufrió también enormes torturas, después de haber sido despojado de sus riquezas y traicionado vilmente. El autor, nos demuestra la valentía del rey que aguanta su dolor y lucha hasta el final para liberarse de la cautividad. Las atrocidades que el viejo mundo cometía con los supuestos salvajes eran enormes y Montaigne describe en cuantidad y con mucho detalles. Otro ejemplo de esto tenemos en: “Una altra vegada feren cremar tots plegats, al mateix fogueró, quatre-cents seixanta homes ben vius (...)”. Montaigne es incisivo cuando complementa: “Nosaltres posseïm d’ells mateixos aquestes cròniques, car no sols les confessen, sinó que se’en vanen i les publiquen.” Pues, tamaña brutalidad seguramente es muy vergonzosa, además de ser un acto criminal.
No obstante, es a través de la pregunta retórica, usada como forma de alejamiento del autor, que toca uno de los temas más controvertidos y peligrosos de la época, o sea, la religión. “Seria tal vegada en testimoniatge de llur justícia o per zel de llur religió?”
Montaigne crítica duramente la actitud de los españoles en América, que guiados por el estandarte del dios católico arrasaron con todo. Comenta el enormemente contradictorio que es esclavizar y matar para cristianizar. Deja patente la intención de la conquista de América cuando dice que debían conquistar a los hombres y no a las tierras. No crítica la religión, crítica que todas las monstruosidades hayan sido hechas en nombre de Dios. Y esto viene a reforzar nuestro argumento que en realidad cuando habla de América, también se refiere a la situación caótica en Francia, producida por las maniobras pseudo religiosas[2] entre el duque de Guisa y los Borbones.
Como cierre el autor comenta que algunos de los mandos españoles en América fueron duramente castigados por Carlos V. Al final, Montaigne concluye diciendo que Dios a través de su justicia divina ha castigado a los invasores, ya sea en naufragios o por perecer en luchas entre ellos mismos. Con esto el autor nos dice que Dios es quién debe juzgar y condenar y no los hombres deben juzgar en nombre de Dios. Pues, él como juez bien conocía las deficiencias y la corrupción de la justicia humana

CONSIDERACIONES FINALES

Después de este intento de comentar a Montaigne, llegamos a una conclusión muy al estilo de Montaigne. Es decir, no tenemos certeza de nuestro grado de acierto, pues nuestra intuición puede que esté equivocada. No obstante, creemos que existe una conexión entre los lujosos carruajes, símbolo del mundo civilizado, y las atrocidades cometidas en América. Esta conexión es la decadencia del viejo mundo. Pues, el autor nos deja claro que los tiempos de gloria de la humanidad fueron en la época clásica de Grecia y Roma. El elemento europeo en el texto, o sea los conquistadores, son el polo negativo, mientras los nativos del nuevo mundo son ensalzados por su valor y coraje, o sea adquieren una valorización positiva.
Creemos que es una obra de fuerte carácter antibelicista. Lo que es comprensible dada la época del autor. Además, el autor con su tono irónico critica la avaricia desmedida y la falta de perspicacia de los conquistadores que no buscan descubrir los enigmas del nuevo mundo. Consideramos que Montaigne hace una crítica durísima a la intolerancia en dos sentidos: a los conquistadores respecto a los nativos y a los propios franceses (y por extensión europeos) por las guerras de religión.
Sin duda es verdaderamente bella la humanidad que expresa Montaigne en este ensayo. Pues, se coloca en el lugar del oprimido y nos da su perspectiva. Describe a los americanos no como seres exóticos dignos de curiosidad, los describe como personas de gran valor. Es ahí, en la joven América donde ve la virtud, pues aún no está contagiada con el carácter avaricioso y destructor de la vieja Europa. A los europeos les quedan sus símbolos externos de grandeza: sus carruajes, pues los grandes hombres de Europa hace siglo ya están muertos.
Claro está la actualidad de este ensayo en nuestros tiempos de capitalismo salvaje y consumismo enfermizo. La intolerancia entre judíos, musulmanes y cristianos no es otra cosa que la lucha por el poder. Por que el dinero sigue siendo el eje que mueve el mundo.
Para concluir, nos gustaría comentar que Montaigne ha influido muchísimo en la literatura universal. Esta influencia podemos percibir en autores tan dispares como el brasileño Mario de Andrade, el egipcio Nuhayma o el español Mariano José de Larra, entre otros tantos.


[1] Entiéndase aquí con el sentido original de la palabra, como nativos de las Américas.
[2] Seguimos aquí la opinión de Peter Bukner en cuanto que la religión era el de menos y lo que realmente importaba era el poder.

El callejón de los milagros

Introducción
Nuestro propósito en este trabajo es comentar un pequeño fragmento de una muy gran obra literaria. Nos referimos al capítulo V de El callejón de los Milagros (Zaqāq al- Midaqq) del egipcio Naguib Mahfuz laureado con el premio Nobel de Literatura en 1988.

La obra referida anteriormente hace parte de un grupo de novelas conocidas como pertenecientes a la pentalogía Realista: Jan Aljalili (Jān al –Jalīlī ) de 1945, El Cairo nuevo (al-Qāhira al- yadīda ) de 1946, El callejón de los milagros (Zuqāq al-Midaqq) de 1947, El espejismo (as-Sarāb) de 1949 y Principio y fin (Bidāya wa nihāya) de 1950.

Naguib Mahfuz empezó a destacarse a partir de concursos literarios y es actualmente el autor más destacado del mundo árabe contemporáneo. Además de su estilo acertado tiene un mérito adicional; el de haber sido uno de los “padres” de la novela árabe moderna[1]. Mahfuz empezó a escribir con temática histórica, donde hacia crítica a la situación social y política. Posteriormente, en una segunda etapa a partir de 1945, situó sus novelas de corte Realista en el Egipto contemporáneo, más precisamente en el Cairo antiguo. A partir de 1961 opta por novelas más cortas, más dialogadas y centradas en un protagonista entre otras tantas innovaciones.

El callejón de los milagros pertenece a las obras de Naguib Mahfuz ambientadas en los años de la colonización inglesa durante la segunda guerra mundial. Este contexto histórico se refleja en la vida de los habitantes del callejón de los milagros, calle de nombre homónimo a la novela.

El callejón de los milagros
La vida de los personajes del callejón nos es presentada en forma de un mosaico, donde cada vida está relacionada de manera más o menos directa con las otras del callejón. Este mosaico logra formar un microcosmos del Cairo viejo empobrecido y sin expectativas. La calle se transforma así en la verdadera protagonista.
El paso del Egipto tradicional a lo moderno a través de los conflictos individuales (Hamida y Husain son los mejores ejemplos) y la relación de estos personajes con otros puntos de vista sobre la vida. El Egipto tradicional y sus miserias están bien caracterizados a través de la imposibilidad de progreso de la vida en el callejón. En esta zona castiza, pobre llegan los ecos de otro Cairo fascinante donde imperan las costumbres europeas.

El Egipto de las posibilidades económicas está asociado por un lado, con las avenidas anchas y el lujo, por otro lado, con el trabajo al lado de los soldados ingleses en el caso de Abbas y Husein o de la prostitución femenina en el caso de Hamida (para divertir a los soldados). Estos ejemplos sirven para denunciar la falta de perspectivas socio-económicas de la juventud del callejón.
Mahfuz crea una atmósfera con precisión y objetividad describiendo el entorno de los personajes. La miseria, la suciedad y la cursilería típicas de un país atrasado son retractadas con enorme crudeza.

Cada personaje es retractado con gran riqueza de detalles, sobretodo psicológicos, a través de sus actitudes o de un narrador omnisciente nos vamos adentrando en este callejón que parece ser de las miserias y no de los milagros. La sensación que nos produce la obra es de claustrofobia por observar como se van frustrando los sueños y esperanzas de los personajes.

Las acciones de los personajes están relatadas con objetividad, Mahfuz describe los hechos con detalles sin juzgarlos.

La trama de El callejón de los milagros es lineal y alternada a la vez, es decir, la acción se centra por turnos en un personaje, o en un ambiente (por ejemplo el bar de Kirsha), o en diferentes aspectos que forman la personalidad de un personaje. El autor nos da las diferentes perspectivas sobre la vida, la moral, el amor, el dinero, el sexo entre otras cosas a través de los personajes que forman el microcosmos del callejón.

Análisis del capítulo V

El capítulo cinco nos habla del personaje de Hamida ya presentada antes como la hija de Umm Hamida. A continuación comentaremos los aspectos que nos parecen más interesantes.
1º- Uno de los elementos que destacaríamos, en parte influenciados por la lectura de la obra en la íntegra, es el límite de conocimiento del mundo para Hamida en la plaza Reina Farida. Cuando Hamida cruce está frontera ya no tendrá retorno ni a su casa, ni a su inocencia. La codicia y la lujuria junto a su enorme ignorancia le harán cruzar la plaza.
2º- El contrastes de la vida tradicional de Egipto en la época, en este capítulo muy visible en las vestimentas de Hamida y en su mentalidad pobre en comparación con las chicas del taller de Darasa. Esas chicas antes miserables como Hamida, durante la guerra, deciden trabajar y empiezan un proceso de europeización por influencia de la presencia inglesa en territorio egipcio pero, también por copiar a las mujeres judías.
3º- La importancia que Hamida da al dinero y al aspecto material nos hace presentir que carece de valores espirituales y también de una educación anclada en valores éticos y morales. La envidia y la codicia exageradas son frutos de un vacío interior del personaje.
4º- Hamida sufre un enorme complejo de inferioridad frente a las chicas del taller por el hecho económico a la vez que se cree superior en belleza. No acepta su condición, pero tampoco puede cambiarla desde su educación tradicional sólo el matrimonio puede cambiar su suerte (desde la perspectiva de su madre y en parte de la suya).
5º- El conflicto entre judíos y árabes en Palestina también hace eco en la obra de manera muy sutil cuando la madre maldice a Hamida por que ésta quería ser como una judía.
6º- La presencia del narrador omnisciente a través de la pregunta retórica “¿se había conmovido su corazón duro e ingrato?” le hace juzgar de manera directa al personaje.
7º- El “coqueteo” de Hamida con Abbas con la intención de no perderlo como pretendiente en caso de encontrar otro mejor nos muestra la frialdad del personaje.
8º- El amor casi platónico de Abbas por Hamida, pues él no sabe realmente como ella es en realidad, está enamorado de su belleza.
9º- “T-R-A-G-E-D-Y” es la última palabra de este fragmento y funciona como un presagio que Darwish hace de manera distraída a Abbas. No nos hace intuir nada bueno y se leemos la obra hasta el final nos sorprenderemos del alcance de la desgracia que le trae a Abbas el enamorarse de Hamida.
10º- La utilización del discurso indirecto (narrador omnisciente) predomina pues el autor nos narra acciones y conversaciones que pertenecen a un tiempo pasado: “Hamida le reprobó: _ Un buen vecino tiene obligación de proteger a la vecina, no de acosarla.


Conclusiones

Después de destacar los elementos que más nos llamaron la atención concluimos que este capítulo puede actuar con autonomía, es decir como un pequeño cuento con el final abierto posiblemente imaginado de múltiples maneras, pero siempre terminando de modo trágico. Las palabras de Darwish son como una profecía.
Casi todos los capítulos de la obra poseen un cierto grado de independencia a la vez que establecen vínculos con los demás. Eso es, pueden funcionar como unidades de sentido pleno que se enriquecen y forman todos juntos la estructura de la obra y su protagonista, o sea, el callejón de los milagros. Así se construye un mosaico de las vidas del callejón y por ende del Egipto tradicional.
También destacaríamos que este es uno de los capítulos más amenos del libro, pues cuando el autor se refiere al personaje Zaita la obra adquiere un aspecto espeluznante, así como los capítulos finales de la obra que son claustrofóbicos, sobretodo cuando Hamida se va dejando seducir por el gigoló.


Bibliografía

ENAMORADO, Mª Dolores L. (1998) Análisis de la temporalidad en la Trilogía de Naguib Mahfuz. Sevilla. Alfar.
MAHFUZ, Naguib (1988) El callejón de los milagros. Barcelona. Alcor.
VILLEGAS, Marcelino (1991) La narrativa de Naguib Mahfuz ensayo de síntesis. Alicante. ed. Universidad de Alicante.







[1] Utilizaremos la palabra ” moderna” en contraposición a clásica

Ejercicios de sintaxis (parcialmente resueltos)

1. Tomando como base los enunciados que se incluyen a continuación, explica las características generales de la coordinación y argumenta sobre lo siguiente: «Genuinamente sólo pueden unirse (mediante coordinación) categorías [o clases de unidades]idénticas» (A. Radford, Introducción a la sintaxis transformatoria, Barcelona, Teide, 1988, p. 54).

1. ??Alberto y la oficina se han trasladado a otro sitio
Cuanto a la analogía sintáctica: sí, son sujetos
Cuanto a la analogía categorial: sí, SN determinado
Cuanto a la analogía semántica: no, Alberto es agente, la oficina es paciente.

2. ?? Limpió los cristales con un trapo y con su hermana
Analogía sintáctica: sí, ambos son complementos circunstanciales (instrumento y compañía respectivamente)
Analogía semántica: no, la hermana es agente, porque realiza la acción conjuntamente con el sujeto, mientras el trapo es un instrumento incapaz de limpiar solo.
Analogía categorial: sí, ambos son sintagmas preposicionales.

3. Ana estaba cansada, con los nervios de punta y de muy mal humor
Analogía sintáctica: sí, todos son atributos.
Analogía semántica: sí, todos los miembros hablan del estado anímico del sujeto.
Analogía categorial: sí, pues aunque los atributos pertenezcan a categorías distintas son de categorías compatibles entre si en lo que se refiere a la función sintáctica del conjunto atributo. Tenemos un SAdj., un SP y un SP, es decir, tenemos elementos que pueden actuar como un atributo.

4. *Le envié la carta a Pilar y a Madrid
Analogía sintáctica: No, “a Pilar” es OI , mientras “a Madrid” es un locativo.
Analogía semántica: No, Pilar es paciente, Madrid es un lugar
Analogía categorial: Sí, ambos son SP.

5. *Pintaré la casa y el mes que viene
Analogía sintáctica: No, pues “la casa” es OD, mientras que “el mes...” es un compl. circunstancial de tiempo.
Analogía semántica: No, pues “la casa” es paciente, dado que es algo material que puede sufrir la acción del sujeto. “el mes que viene”, por otra parte es algo inmaterial.
Analogía categorial: Sí, ambos son SN.

6. Colocó las piezas cuidadosamente y con mucha precisión
Analogía sintáctica: Sí, ambos son complem. circunst. de modo.
Analogía semántica: Sí, ambos se refieren a la manera como son dejadas las piezas.
Analogía categorial: Sí, aunque el primer sea un sintagma adjetival sin preposición y el segundo sintagma adjetival vaya precedido de preposición, pues existe entre los miembros coordinados una compatibilidad con la función sintáctica del conjunto.

7. Le preguntó su nombre y si padecía alguna enfermedad
Analogía sintáctica: Sí, ambos son OD
Analogía semántica: Sí, pues ambas posibilidades hacen referencia a entidades abstractas que funcionan como elementos referenciales del OI, o sea, hacen referencia a información sobre características íntimamente relacionadas con el carácter humano del OI.
Analogía categorial: Sí, ambos miembros funcionan como un SN. ¿???????

8. Quiero que leas el libro y que me lo comentes
Analogía sintáctica: Sí, ambos son OD
Analogía semántica: Sí, ambos OD hacen referencia a acciones que debe realizar el receptor de esta oración.
Analogía categorial: Sí, ambos son oraciones subordinadas sustantivas.

2. Según R. Seco (Manual de gramática española), "en efecto", "por tanto" y "por consiguiente" son conjunciones coordinantes (de sentido consecutivo). Razona si realmente funcionan como conjunciones coordinantes. Razona, asimismo, si "no obstante" puede considerarse como una conjunción coordinante.

3. Basándote en los enunciados 1-5, compara las siguientes afirmaciones y razona cuál de las dos parece más justificable: a) «El orden en que pueden presentarse los elementos coordinados no parece tener relevancia ni sintáctica ni semántica»; b) «Las construcciones coordinativas son simétricas desde el punto de vista de la estructura sintáctica, pero el orden de los elementos sí puede tener relevancia desde el punto de vista semántico».

1. Juan acabó la carrera y se marchó a Bélgica
Sintácticamente los miembros son simétricos, pues podemos cambiar el orden de aparición sin que la oración se torne anómala. Juan se marchó a Bélgica y acabó la carrera.
Alternando la oración: Juan se marchó a Bélgica y acabó la carrera.
Podemos percibir que la inversión de los miembros coordinados ha provocado un cambio en el significado de la oración. Pues, podíamos entender en la primera oración que Juan se va a Bélgica cuando termina su carrera. Sin embargo, la segunda oración viene a significar que primero Juan se va a Bélgica y después termina allí su carrera. La alteración en el orden de los constituyentes ha producido un cambio en la secuencia de los acontecimientos, por lo que concluimos que se trata de una construcción asimétrica o irreversible.
2. Carlos afirmó que no sabía nada y yo lo creí
Para constatar si existe simetría sintáctica invertiremos el orden de los miembros coordinados en la oración:*Carlos afirmó yo lo creí y que no sabía nada. La oración se torna anómala y por lo tanto no hay simetría sintáctica.
Simetría semántica: Al no existir simetría sintáctica es imposible que exista simetría semántica.
3. Juan dice que el cuadro es horrible y yo estoy de acuerdo con él
Yo estoy de acuerdo con él y Juan dice que el cuadro es horrible.

4. Juan y sus amigos pagaron la fianza
Sus amigos y Juan pagaron la fianza.

5. A Luis le dieron un golpe en la cabeza y se mareó
Se mareó y le dieron un golpe a Luis en la cabeza.

4. Tomando como base los enunciados 1-4, argumenta sobre esta afirmación: «El coordinador copulativo más general es la conjunción y que expresa simplemente asociación (...) entre dos o más miembros (...) ulteriormente especificada, según el contexto, en múltiples direcciones» (T. Jiménez Juliá, La coordinación en español, p. 65).No entiendo ná
1. Tiene mucho trabajo y (por tanto) no puede dejar la oficina durante una semana
2. Su padre le dejó una fortuna y (sin embargo) anda siempre pidiendo préstamos a los amigos
3. Invirtió en la bolsa y compró varias fincas
4. Nos engaña continuamente y (no obstante) quiere que contemos con él

5. Razona en cuáles de los siguientes enunciados se da una coordinación disyuntiva de sentido excluyente y en cuáles la disyunción puede interpretarse como inclusiva.
1. O me estás engañando o realmente no te enteras de nada
Oración disyuntiva excluyente, pues únicamente una de las dos posibilidades es válida. El receptor no puede, a un mismo tiempo, enterarse y engañar al emisor. Pues se el receptor se entera le está engañando al emisor, y la oración no tendría sentido, dado que los dos miembros tendrían significado análogo imposibilitando así la disyunción excluyente.
2. Puedes coger las vacaciones o en junio o en septiembre
Oración disyuntiva excluyente, pues hay que elegir entre un mes u otro, no se puede tener vacaciones en los dos meses, tampoco coger las vacaciones partidas entre los dos meses.
3. El sombrero parecía una ensaladera llena o una gran tarta de frutas
Oración disyuntiva incluyente, pues hay la posibilidad que el sombrero se parezca tanto una ensaladera llena como una gran tarta de frutas. Son datos que se suman para reforzar
la idea de la forma del sombrero.
4. Es raro que no haya venido. Se le habrá olvidado la reunión o se habrá confundido de día.
Se trata de una disyunción incluyente, pues el emisor está suponiendo entre dos supuestos, no descartando ninguno de ellos. Tampoco descarta la posibilidad que ocurra las dos a la vez.

Sintaxis (1ª parte)

VERBO COPULATIVO, ATRIBUTO Y COMPLEMENTO PREDICATIVO
Introducción: Estas construcciones comparten una relación semántica de atribución. Aunque entre los estudios gramaticales no existe acuerdo a la hora de definirlos. Las discrepancias se deben a los rasgos que utilicen para caracterizarlos. Algunos gramáticos consideran que el criterio definidor de un V. Copulativo es que el atributo pueda sustituirse por “lo”, pero otros tienen un concepto de copulativo más amplio y analizan otra serie de propiedades para concluir que los verbos aspectuales o de cambio son similares en su modo de significar al verbo “estar”.

§ R.A.E. y Gil y Gaya consideran como copulativos “ser” y “estar”.
§ Alcina y Blecua: ser, estar, parecer y semejar.
§ Alarcos: ser, estar, parecer, semejar y quedarse.
§ Porroche, Fernández Leborans, Hernanz y Brucart, Navas Ruíz: incluyen también verbos como “hallarse, permanecer, ponerse, andar, seguir, volverse, etc” si se utilizan como verbos aspectuales o de cambio (no como verbos de movimiento o situación).

Oraciones:
El café está caliente;
El día es gris.
Ana seguía inquieta.
Creo indispensable una aclaración.
María se ha vuelto loca.
El café anda escaso.
Juan se sentó erguido en la mesa.

Rasgos de los verbos copulativos ser y estar:

Verbos casi vacíos de significado léxico o nocional, o con un significado más abstracto o difícil de precisar. >>> Los v. Aspectuales o de cambio pierden su significado originario cuando se comportan como copulativos: Juan anda un rato todos los días VS Juan anda nervioso.
Ser y estar no imponen restricciones de selección a su sujeto ni seleccionan complementos a diferencia de los verbos plenos. Cuando “estar” actúa como verbo de situación requiere un complemento (Fui a tu casa y no estabas -¿locativo que si no aparece puede recuperarse por el contexto dónde?); pero cuando se comporta como copulativo no requiere ningún complemento (La conferencia estuvo interesante - *¿dónde?). Lo mismo ocurre con verbos como “hallarse, ponerse, volverse...”, con significado pleno restringen al sujeto y seleccionan complementos (*El café anda un rato todos los días), pero como copulativos pierden su capacidad para restringir al sujeto y seleccionar complementos (El café anda escaso/ *por la calle).
Los verbos copulativos no están totalmente vacíos de significado: cuando un mismo atributo se combina con ser y estar, cambia el significado (Ana es/está simpática). Como señala Fernández Leborans el verbo “ser” indica propiedades estables, en cambio “estar” expresa un estado transitorio. Esta diferencia se ha catalogado, desde Gil y gaya, como de carácter aspectual[1]. Con los verbos como hallarse, volverse, seguir, ponerse, etc, actuando como copulativos, también aportan a la predicación una significación de carácter aspectual, añadiendo matices relativos a lo repentino, duradero del cambio, a la continuidad o permanencia de un estado.
Desde el punto de vista sintáctico, los copulativos “ser” y “estar” no constituyen el núcleo de un predicado: necesitan al atributo que aporta el significado léxico para formarlo, a diferencia de los verbos predicativos plenos. Porroche señala que entre los copulativos y el atributo no existe una relación de subordinación o dependencia, sino una relación de interdependencia porque se necesitan mutuamente. Fernández Leborans considera que las construcciones copulativas con “ser” y “estar” constituyen un predicado complejo equivalente en su funcionamiento a un verbo predicativo pleno: el verbo aporta el significado aspectual y las marcas gramaticales, y el atributo el significado léxico. Por este motivo algunos autores consideran estos verbos similares en su funcionamiento a los auxiliares de las perífrasis verbales aspectuales. Esto mismo ocurre también con verbos como “volverse”, “hallarse”, “andar”, etc. Esta relación de interdependencia se justifica mediante una serie de argumentos:
i. El atributo, al aportar el significado léxico, no puede suprimirse: Pepe es listo > *Pepe es; Nuria se ha quedado triste > Nuria se ha quedado (cambia el significado).
ii. El atributo es el que impone restricciones de selección al sujeto: El agua es clara/ *astuta/ *inteligente; *La conferencia está alegre hoy; *La lluvia se ha quedado sorda; *Su mirada se ha vuelto a Madrid; Su mirada se ha vuelto penetrante / *lluviosa.
iii. Las oraciones copulativas no pueden transformarse en oraciones disjuntas, coordinadas o subordinadas. Es decir, no pueden para frasearse sin que cambie su significado, cosa que sí pueden hacer las construcciones con verbos plenos: Se ha quedado calvo; Se ha vuelto vegetariana; Juan está delgado; Luisa miró a Juan sonriente > Luisa miró a Juan y estaba sonriente.
La característica morfosintáctica que las gramáticas destacan como propia de los copulativos es que cuando la cualidad o propiedad significada por el atributo se puede deducir por el contexto, el atributo puede sustituirse por la forma pronominal “lo” (María es guapa > María lo es). En cambio, las construcciones con verbos aspectuales o de cambio no admiten la sustitución del atributo por “lo”: cuando el significado del atributo está en el contexto o no se quiere explicitar, el atributo se sustituye por el deíctico “así”, cosa que también pueden hacer las construcciones copulativas con “ser” y “estar”. (María se ha vuelto estúpida > *María se lo ha vuelto > María se ha vuelto así; María es/está estúpida > María lo es /está > María es / está así). Este criterio es por el que muchos gramáticos niegan que los verbos aspectuales en construcciones copulativas puedan ser considerados como copulativos. Fernández Leborans y Porroche apuntan como causa posible de este hecho el que estos verbos tienen un uso transitivo cuando funcionan como verbos plenos y la sustitución por “lo” podría producir ambigüedad o conflicto, confundiendo el “lo” con un OD (Pepe se ha puesto el sombrero > Se lo ha puesto; Pepe se ha puesto histérico). Estos autores no consideran que este criterio sea razón suficiente para considerar que estas estructuras no son copulativas.

- Oración copulativa adscriptiva o atributiva en sentido estricto:
Oraciones:
El cielo es/ está/ se ha puesto/ se ha vuelto/ se ha quedado/ anda/ sigue gris.
Desde el punto de vista semántico estas construcciones se caracterizan por expresar una relación semántica de atribución[2]. No expresan procesos ni acciones, sino que expresan que el sujeto se encuentra en un determinado estado o que presenta una cualidad o propiedad.
Estas construcciones están formadas por tres elementos:
Sujeto: entidad o entidades a la que se le atribuye una propiedad o característica. Papel semántico es el de tema o base de atribución (no es agente ni paciente). Tiene que ser una expresión referencial[3].
Verbo copulativo: V desemantizado o casi vacío de significado léxico que no puede formar predicado sin el atributo, al que sirve de soporte gramatical. Verbo copulativo puro (ser) o copulativo aspectual (estar y demás verbos).
Atributo: por su significado es el que expresa la cualidad o característica que se le atribuye al sujeto. Sintácticamente, constituye con el verbo el núcleo del predicado aportando el significado léxico, de ahí que no pueda suprimirse y que sea el que seleccione semánticamente al sujeto. No se trata de una expresión referencial, sino que denota propiedades, cualidades o características. Atributo puede ser un sintagma adjetivo, SN determinado o indeterminado, un sintagma preposicional incluso adverbial. Oraciones como “Luisa es esa” o “Mi primo es Luis” no expresan cualidades, son oraciones identificativas.

Construcciones predicativas:

Oraciones:
1. Ana paseaba somnolienta por la playa.
2. Nuria hojeaba distraída el libro.
3. Pedro guardó sucia la camisa / la camisa sucia.
4. Construyó demasiado grande la casa.
5. Creía más fuerte a Ana.

El complemento predicativo (CP) es un constituyente que atribuye una cualidad o característica a una entidad representada por un SN. Puede tratarse de distintos tipos: un sintagma adjetivo, preposicional o nominal. También puede concordar en género y número con la entidad a la que hace referencia, si ésta lo permite. La base de atribución puede ser el sujeto o el OD. Los verbos con los que se combinan son verbos plenos que expresan acciones, procesos y no varían de significado con respecto a otras estructuras, por eso estos verbos pueden seleccionar complementos y restringir semánticamente al sujeto. Los verbos que se construyen con CP constituyen en núcleo del predicado. Además entre el verbo y el CP no existe una relación de interdependencia; los CP se subordinan al verbo. En las oraciones con CP existen dos predicaciones: la del verbo y sus argumentos, y la de la relación semántica de atribución representada por el CP y subordinada a la predicación principal. (Por eso autores como Demonte y Marullo denominan a los CP, predicados secundarios). Ana paseaba somnolienta por la playa: 1. Ana paseaba por la playa; 2. Ana estaba somnolienta.

o Predicativos satélites, no seleccionados léxicamente o no subcategorizados (descriptivos). (Oraciones 1, 2 y 3).
a. Los CP satélites no son argumentos requeridos por el verbo, por eso pueden suprimirse sin que la oración resulte anómala o el verbo cambie de significado. Se comportan por tanto como CC, aportan más información sobre la situación a la que se refiere la predicación principal. Por eso estas denominaciones. (Miró sonriente a Luis; Recogió los papeles enfadada).
b. Como estos CP no son argumentos requeridos por el verbo, las construcciones de las que forman parte pueden transformarse en oraciones disjuntas coordinadas o subordinadas: Ana miró sonriente a Roberto: 1. Ana miró a Roberto; 2. Ana estaba sonriente.
c. Semánticamente, estos CP describen el estado en el que se encuentra el sujeto o el OD en el momento en que se desarrolla la acción expresada por la predicación principal (expresan cualidades del sujeto u OD). No son cualidades permanentes, sino propiedades transitorias, estados susceptibles de cambio.
d. Entre la predicación principal y la secundaria existe una relación de temporalidad. La cualidad expresada por el CP tiene existencia en el espacio temporal en que transcurre la acción expresada por la predicación principal, de ahí que estas oraciones puedan parafrasearse por oraciones introducidas por “cuando” o “mientras”: Cuando/ Mientras Ana miró a Roberto estaba sonriente.
e. Dado que existe una relación de temporalidad entre las dos predicaciones, también debe existir una cierta compatibilidad aspectual impone ciertas restricciones sobre el tipo de verbos que pueden aparecer en estas construcciones y sobre el tipo de adjetivo o elementos que pueden acutar como CP de este tipo.

Verbos: expresan eventos, es decir, acciones o procesos que ocurren con un límite en el tiempo. No aparecerán verbos que expresen estados, propiedades permanentes o situaciones no dinámicas. (Nuria tiene el pelo negro *disgustada; Mario pesa 80 kg *contento; Pablo sabe francés *distraído).
Adjetivos: expresan estados transitorios acotados temporalmente. No podrán ser CP de este tipo adjetivos, SN o S preposicionales que expresen cualidades de los individuos u objetos en cuanto a tales, es decir, adjetivos que sólo son compatibles con el verbo “ser”. Este es el caso de los adjetivos imperfectivos, y dentro de ellos, los adj. Clasificadores. (Corrió 500 metros *inteligente; Hojeaba *sociable el libro; Revisó *experta las firmas). Sí podrán ser CP de este tipo los adjetivos, participios, SN, etc que se combinan con “estar” y otros verbos aspectuales. (Corrió 500 metros descalzo; Hojeaba distraído el libro; Revisó preocupada las firmas). Los adjetivos compatibles con “ser” y “estar” pueden aparecer como CP de este tipo cuando el contexto permite interpretar que la cualidad expresada por el CP es una propiedad transitoria. Dependerá del contexto y de cuestiones pragmáticas. (Catalogó *rubia los libros; Regresó de las vacaciones rubia).
o Complementos predicativos no seleccionados o resultativos: Pintó roja la valla; Trazó muy torcido el círculo; Construyó demasiado grande la casa.
a. Se refieren al OD de la construcción. Son como los CP no seleccionados de carácter descriptivo, y por eso pueden suprimirse sin que cambie la oración.
b. Van con verbos plenos, verbos de acción. Algunos autores, como Violeta Demonte, señalan que tienen que ser verbos de actividad que suponen un cambio o efecto en el OD. Estos CP no son descriptivos sino resultativo, no describen un estado, sino que expresan el estado en el que queda el OD como resultado de la actividad descrita por el verbo. (Pintó roja la valla – antes no era roja, es el resultado de la acción).
c. Estos CP son muy limitados en español. Pero existe una construcción muy productiva en español coloquial que se constituye con un tipo de CP no seleccionado resultativo, el llamado “predicativo interno o cognado”: Limpia el coche bien limpito; Llena la botella bien llena; Haz la carne muy hecha. Los adjetivos presentan una base léxica similar a la del verbo y pueden intensificarse mediante adverbios (bien, muy, etc).

o Complementos predicativos seleccionados léxicamente o subcategorizado en “cláusulas mínimas”: [Ref. al CD]: A Ana la creo inteligente; Considero a Juan una buena persona; Quiero el café más caliente. [Ref. al Suj.]: Juan se cree muy listo; Raúl se considera un genio.
a. Predomina los CP de este tipo referidos al CD pero también los hay referidos al sujeto en construcciones pronominales con el mismo tipo de verbos.
b. Como CP acompañan a verbos con significado léxico, pero ya no se trata de verbos de acción, sino de verbos que aluden a procesos mentales o psíquicos del sujeto: verbos de juicio (creer, considerar, juzgar, estimar...), de percepción normalmente física (ver, notar, observar...) y volitivos (querer, preferir, necesitar...).
c. Se le llama CP seleccionados en cláusulas mínimas porque son equivalentes semánticamente a enunciados en los que el CP forma parte de una oración sustantiva que funciona como OD del verbo principal, cuya estructura responde a una oración copulativa en la que el CP desempeña la función de atributo, y la función de sujeto la desempeña el elemento que en la oración con CP es el OD del verbo.

Considero a Juan una buena persona >
V CD CP
Considero que Juan es una buena persona.
S VC Atributo
O. Sustantiva de CD

Pero en estas oraciones no existe ninguna oración sustantiva de OD sino un SN de OD, por eso se considera que la unidad del CP + SN de OD constituye una oración mínima que carece de marcas verbales y se derivaría de una oración copulativa.

d. Estos complementos son seleccionados, exigidos por el verbo para mantener su significado de juicio, volición o percepción.
e. A diferencia de los no seleccionados, estos CP son adjetivos que pueden combinarse con “ser” y con “estar”, cualidades permanentes y estados transitorios.
f. Dependiendo de la clase semántica del verbo diferenciamos los siguientes subtipos:
i. Oraciones estimativas: Construcciones formadas por verbos de juicio que expresan que la oración mínima alude a una opinión, a un punto de vista personal del hablante.
ii. Oraciones volitivas: oraciones introducidas por verbos volitivos que expresan que la oración mínima alude a un deseo del hablante o que la oración mínima es una condición para que se cumplan sus deseos.
iii. Oraciones perceptivas: introducidas por verbos de percepción física que expresan que el sujeto o hablante percibe algo que expresa la oración mínima.
o Complemento predicativo denominativo o designativo: Lo proclamaron rey; Lo eligieron alcalde; Lo nombraron presidente.
Estos CP se refieren al CD. Puede considerárseles seleccionados, aunque no hay acuerdo, pero no son seleccionados en cláusulas mínimas. Se constituyen con un número limitado de verbos calificados como designativos o denominativos. El CP especifica el cargo o título que se adscribe al OD, especifica el cambio de clase que experimenta el OD como consecuencia de la acción expresada por el verbo.
Estos CP son adjetivos, nombres sin determinación pertenecientes a la clase de los clasificadores, por tanto sólo pueden combinarse con el verbo “ser”.
Las gramáticas discrepan sobre si son seleccionados o no, porque estos CP pueden suprimirse sin que el verbo varíe de significado y sin que de una oración anómala. Según autores como Demonte y Masullo, estos CP podrían ser seleccionados dado que el verbo parece necesitar más de su presencia que en el caso de los descriptivos y resultativos, además la interpretación del verbo sin CP no siempre es equivalente a la que mantiene el CP explícito. No son seleccionados en cláusulas mínimas porque estas construcciones no son equivalentes semánticamente a oraciones en las que el CP aparece formadndo parte de una oración sustantiva de OD.


RECAPITULACIÓN:
Verbos copulativos:
- María es vegetariana;
- Ana está contenta;
- Luisa se ha vuelto vegetariana
.

Verbos plenos o predicativos con complementos predicativos:
- Ana paseaba descalza; (CP no seleccionado descriptivo).
- Juan pica la cebolla fina; (CP no seleccionado resultativo).
- Considero a Juan un genio; (CP seleccionado léxicamente, en cláusulas mínimas).
- Eligieron a Luis alcalde. (CP designativo).











[1] Esta categoría abarca los significados relativos a la perspectiva desde la que se enfoca el desarrollo de una acción, de un estado o proceso, hace referencia a la manera como ocurre un proceso o una acción.
[2] Relación semántica de atribución: atribuyen cualidades, características o propiedades a una entidad o entidades, por medio de un constituyente que forma parte del predicado, que es el atributo.
[3] Expresión referencial: capacidad para aludir a personas u objetos de la realidad extralingüística. Pueden ser nombres propios, pronombres, SN determinados y O. Sustantivas.

jueves, 16 de octubre de 2008

Literatura del Renacimiento.

Los Sueños de Quevedo



Francisco de Quevedo es sin duda uno de los españoles más universales. Su controvertido carácter y la brillantez literaria de sus obras aún hoy, cuatro siglos después, siguen atrayendo. Su vida transcurrió íntimamente ligada al ambiente cortesano, ya desde la infancia: el padre era secretario de doña Ana de Austria, esposa de Felipe II, y la madre dama de honor. Testigo de diverso avatares que sufría España en aquel momento, Quevedo puso su pluma a servicio de la política y de la literatura.

Hay que destacar que en esta época, mientras el vasto Imperio heredado por Felipe III (1598-1621) se derruía con los continuos enfrentamientos y derrotas en el exterior, en la corte se acusaba un empobrecimiento imparable debido a la corrupción y a los gastos desmesurados. A Quevedo todo eso no le fue ajeno pues, además de haber se creado en la corte, estuvo a servicio del duque de Osuna, y cuando el duque cae tras la Conjuración de Venecia, Quevedo es confinado en sus posesiones de la Torre de Juan Abad hasta la muerte de Felipe III. A partir de 1621, ocurren varios eventos decisivos en la historia de España: la llegada de Felipe IV; la guerra de los Treinta Años; y el inicio del poder del valido conde-duque de Olivares. Todo esto tiene consecuencias en la vida de nuestro autor. Y de ahí que no es de extrañar que la realidad política y social despertase en Quevedo un fuerte sentimiento de desengaño y pesimismo, como dejan constancia sus obras.

Hombre de vasta cultura literaria y religiosa, y poseedor de un gran ingenio, Quevedo dejó una amplia gama de obras que abarcan desde los escritos morales, políticos, religiosos, hasta los satíricos, pasando por el teatro, poesía e incluso la crítica literaria. Sus obras más destacadas son Política de Dios, gobierno de Cristo, La hora de todos, Los sueños, y su única novela La vida del Buscón Don Pablos.
Nuestra intención en este trabajo estará centrada en Los sueños. Esta obra aparece en la prensa en el año 1627, aunque en realidad se trate de un conjunto de cinco obras escritas en épocas distintas en el período que va de 1605 a 1621. Como podemos observar la obra integral fue escrita a lo largo de dieciséis años, lo que implica que el autor tuvo tiempo suficiente para replantear el significado que debería tener cada una de las partes. Por otro lado, el contexto sociopolítico de España sufrió varios cambios, como hemos comentado, que tuvieron repercusión directa en la vida y en la obra del autor. Y consideramos que estos hechos contextuales intervinieron en las condiciones de producción de la todas y cada una de las partes. Es más, pensamos que Los sueños, como objeto único, es una obra compleja, por que Quevedo analiza desde perspectivas distintas un mismo tema: los vicios y los engaños de la sociedad española. No obstante, el autor cambia el marco narrativo, la técnica, los elementos intertextuales que caracterizan los marcos, e inclusive la perspectiva del poeta dentro de la obra.

Los marcos narrativos de Los Sueños están situados dentro de lo que Aristóteles llamó el imposible verosímil. Es decir, los sueños y las visiones son un espacio donde todo tiene cabida, de ahí que sea la excusa perfecta para hacer una sátira que permita el desfile de los personajes alegóricos llena de juegos efectistas. Sátira que transpuesta al mundo inmediato sería inverosímil:


...los lujuriosos no querían que los hallasen sus ojos por no llevar al tribunal testigos contra si, los maledicientes las lenguas, los ladrones y matadores gastaban los pies en huir de sus mismas manos. ("Juicio Final", pág. 96)


Es más, cabe decir que los marcos narrativos, aunque distintos, siempre sitúan el poeta en espacios ficticios que hacen referencia al imaginario del hombre. Así, tenemos el marco bíblico del Juicio Final que es la hora temida por todos los mortales. También en el "Alguacil Endemoniado" tenemos una situación repudiada, un exorcismo, sobretodo si pensamos en la Santa Inquisición. Lo mismo ocurre con la visita al infierno en el "Sueño del Infierno", y con el paseo con el Desengaño por las calles de la ira y de la hipocresía en "El mundo por dentro", hasta la visita e invitación de la muerte para conocer el mundo de ultratumba en el "Sueño de la Muerte".
Pero, quizás lo más llamativo sea que estos marcos, ya utilizados en la tradición literaria, pensemos en Dante y en Gil Vicente entre otros, sirven para la finalidad satírica y didáctica que persigue el autor. Es decir, Quevedo parte de marcos literarios típicos de la tradición medieval de los misterios, auto sacramentales y danzas de la muerte, para hace una sátira de los vicios y engaños humanos con un estilo conceptista.

Cuanto a la finalidad de la obra, analizada como un conjunto, es menester decir que parece haber un enriquecimiento de contenidos desde el "Juicio Final" (1605) hasta el "Sueño de la Muerte" (1621). Es decir, en el primer sueño la finalidad se centra en los elementos lúdicos a través de ingeniosos juegos con el lenguaje, mientras que en el "Alguacil endemoniado" (1607), a través de los largos parlamentos del diablo ya se observa una intención didáctica, que se mantendrá y se incrementará en lo largo de los sueños.
Las clases magistrales sobre los vicios y engaños del ser humano son impartidas por los demonios, el Desengaño, y la Muerte y los propios muertos. Por ejemplo, papel de los demonios pasa de verdugo, como ocurría en el "Juicio final", a sermoneador en "Sueño del Infierno". Algo parecido ocurría en el caso del Alguacil cuando el demonio enaguacilado echa un discurso moral sobre la valentía y la honra. Con esto podemos constatar que también hay una evolución en el papel que cumplen los diablos.

Con eso, también queremos resaltar que el autor tiende a buscar una perspectiva donde sean los seres alegóricos los que enseñen todos los vicios y engaños de la humanidad produciéndose un distanciamiento del autor de lo que se narra. Pero, por otra parte, la utilización de espacios y personajes alegóricos también hace la obra más ingeniosa. La prueba de esto es que si quitamos los marcos narrativos y los juegos conceptistas quedaríamos con un texto donde la sátira a los vicios y la intención didáctica serían lo único relevante, y en este caso la obra perdería todo su atractivo. A los detractores de la intención didáctica cabría destacar, sobretodo, el último párrafo del "Sueño de la Muerte":


Con todo eso, me pareció no despreciar del todo esta visión y darle algún crédito, pareciéndome que los muertos pocas veces se burlan, y que gente sin pretensión y desengañada, más atiende a enseñar que a entretener. (pág. 405)


También es conveniente decir que el tono de pesimismo de este fragmento poco tiene que ver con la jocosidad del "Juicio Final". De ahí que, pensemos que entre estas dos obras en fechas tan extremas exista un incremento de la intención didáctica en detrimento del humor.

Cuanto a los rasgos de estilo es menester observar que abundan las figuras retóricas: la hipérbole, la antítesis, la alienación, la dilogía, la personificación, el oxímoron, la metonimia, la etopeya, el paralelismo, la paronomasia, el retrúecano entre otras. Pero, no se trata de una utilización preciosista, más bien todo lo contrario. Es decir, las figuras retóricas están subordinadas al contenido. Aunque debemos matizar esta afirmación, pues en el "Juicio Final" el componente lúdico proporcionado por la manipulación del lenguaje parece predominar sobre el componente satírico. No obstante en la medida que nos vamos acercando al último sueño podemos observar la paulatina disminución de los juegos conceptistas y el cambio en el ritmo narrativo que pasa a ser más lento y solemne.

Por otro lado, Quevedo conjuga el mundo visible, la vida humana en su cotidianeidad, con el invisible en forma de alegoría, o sea, la muerte, el desengaño y el infierno. Como también aúna el sagrado, donde tiene relieve la intertextualidad con la Biblia, con el profano, los vicios humanos. Todo eso contribuye a crear una tensión intensificadora propia del barroco. De ahí que, no son únicamente los juegos conceptistas y las figuras retóricas las que caracterizan la obra, sino que es la conjunción de fuerzas antitéticas entre el marco y el asunto sumadas a los recursos estilísticos lo que dota la obra de carácter barroco.

La intensificación también está presente en los elementos alegóricos, propios del imaginario de la época. Pues, estos se caracterizan por el contraste entre lo que significan en el imaginario humano y lo significan en la obra. Recordemos el caso del Alguacil endemoniado, donde el demonio toma el protagonismo con sus largos parlamento, y por un lado se queja de su situación, pero por otro lado, también explica la organización del infierno. No obstante, la principal preocupación del demonio es la pérdida de prestigio en el infierno cuando se sepa allí que él estuvo dentro de un alguacil. El demonio deja constancia de esto:

No es hombre, sino alguacil. (...) Y ha de advertir que los diablos en los alguaciles estamos por fuerza y de mala gana; por lo cual, si queréis acertar, debéis llamarme a mí demonio enaguacilado, y no a éste alguacil endemoniado. ("El alguacil endemoniado", pág.144)

Queda patente la incomodidad del demonio, como también el mensaje que es peor estar enaguacilado que endemoniado. A partir, de ahí a través de la figura del alguacil, Quevedo va satirizando, por boca del diablo, varios tipos de actitudes que están en estas figuras, pero que también están en varios sectores sociales. La idea que se va asentando en los lectores a lo largo de las obras es que más temible es el hombre por su falta de virtud que cualquier otro ser sobrenatural.

Los elementos alegóricos sufren a lo largo de la obra un proceso de acercamiento a la realidad tangible. Me explico, en los primeros sueños, el real y lo alegórico presenta una frontera más marcada, en cambio a partir del "Mundo por dentro" (1612) la frontera entre el intangible y lo real se va desdibujando. Un ejemplo claro de esto, es que el Mundo por dentro los tipos observados por el poeta y el Desengaño ya no se encuentran en situaciones imposibles como ocurría a los tipos del "Juicio Final" o del "Sueño del Infierno" (1608), sino en una cotidianeidad ordinaria. Por ejemplo, la desoladora escena del entierro donde Quevedo nos proporciona un cuadro de la vida cotidiana, que es comentado por el poeta y por el Desengaño, es decir que sirve de exemplum. Cabe recordar que el papel del Desengaño es quitar el filtro de la hipocresía y hacer que el poeta no juzgue por las apariencias lo que ve en el mundo real. Sin embargo, es en el "Sueño de la Muerte" donde mejor se desdibuja la línea entre lo real y lo irreal. Pues, el sueño en un primer momento se desarrolla en la habitación del poeta para posteriormente trasladarse al mundo de ultratumba, terminando la acción donde empezó. O sea, el poeta se queda dormido en su habitación y empieza a soñar que se acercan médicos, boticarios y toda suerte de gentes que podrían pertenecer a la realidad cotidiana por que el escenario de la vigilia se confunde con el del sueño. Después de un desfile de personajes satirizados, se le acerca la Muerte al poeta y le invita a conocer el mundo de ultratumba. En el más allá, cuando está discutiendo con Diego Moreno, un personaje de los refranes populares, se despierta con un vulco y dice:

Con esto me hallé en mi aposento tan cansado y tan colérico como si la pendencia hubiera sido verdad y la peregrinación no hubiera sido sueño ("El Sueño de la Muerte", pág. 405)

En la medida que la frontera entre el tangible y el intangible se va haciendo más exigua, podemos observar también que el papel del poeta dentro del conjunto de la obra va cambiando. O sea, en el "Juicio Final" el poeta a penas es un observador pasivo que ve a mayor o menor distancia no que discurre en el día del juicio. En "El alguacil endemoniado" el poeta no puede ver nada, pero al escuchar lo que cuenta el demonio interviene en algunas ocasiones para preguntar algo, como también lo hace el licenciado Calabrés. En el "Sueño del Infierno", el poeta al encontrarse en la bifurcación del camino de la vida eterna, ve a varios tipos que en ocasiones interactúan entre ellos, es decir de la narración se pasa al discurso directo en algunas ocasiones, e inclusive el poeta interactúa .Además, hay ocasiones en que el poeta se acerca a lo que hoy conocemos como monólogo interior: ¿Boticarios pasan? - dije yo entre mí- Al infierno vamos. (pág. 182). No obstante, es en el "Sueño de la Muerte" cuando aparece por primera vez una sátira hecha directamente por el poeta. Por otra parte, "El mundo por dentro" tiene una estructura fundamentada en los diálogos con largos parlamentos entre el poeta y el Desengaño. Así cada escena de la realidad cotidiana recibe el comentario positivo del poeta, y a continuación recibe la refutación por parte del Desengaño. De ese modo, los cuadros de la vida cotidiana comentados están dentro del marco del paseo y funcionan como pequeños entremeses que sirven de exemplum. Es en está obra que Quevedo más explícitamente actúa con fines didácticos, pues se sirve deliberadamente de los exempla. En el caso del "Sueño de la Muerte" la interacción del poeta con la materia del sueño se fortalece hasta el punto de discutir con Diego Moreno un personaje del refranero popular.

Ahora centraremos nuestra atención en los elementos intertextuales más llamativos de la obra. Ya en el "Juicio Final", el poeta ve en sueños lo que ocurre en el día del Juicio final, un proceso donde los demonios son los acusadores y los ángeles de la guarda los defensores. Podemos fácilmente reconocer el tema bíblico, del Apocalipsis como marco para este sueño. Además, en el mismo sueño tenemos la escena de los cuerpos que salen de la tierra y se recomponen que también está en la Bíblia en el libro de Ezequiel. También están presentes escenas típicas de los autos sacramentales y de los misterios medievales, y la obra del beato Hipólito entre otras. Pero también hay que decir, que a los textos y tradiciones religiosas se sumara la sátira a los vicios que también estaba en la tradición y que los Fabliaux son un buen ejemplo. Es decir, Quevedo aúna dos tradiciones muy distintas: la de los misterios y danza de la muerte, y la de la sátira de los tipos.

Como otros ejemplos evidentes a la intertextualidad tenemos el sendero del camino que se bifurca, tema bíblico, en el "Sueño del Infierno", así como La Divina Comedia de Dante; la personificación de los pecados capitales en "El mundo por dentro", así como la alusión constante, aunque en muchos casos disimulada, a los preceptos bíblicos, como por ejemplo:

El hipócrita toma Dios como instrumento para pecar (...) y lo aborrece sobre todas las cosas. ("El mundo por dentro", pág. 283)

Observamos que Dios deja de ser el instrumento para salvarse y se transforma en el instrumento para pecar para los hipócritas. Y por otro lado, el hipócrita no cumple con el primer mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas, sino que lo aborrece sobre todas las cosa.

La sátira en Los Sueños

En cuanto a la sátira propiamente dicha podemos decir que en el "Juicio Final" Quevedo juega con elementos alegóricos basándose que hay vicios humanos que caracterizan a cada tipo social de la época, cada vicio está relacionado con una acción y esta acción se ejecuta con una parte del cuerpo. De ahí que, las partes del cuerpo que estén relacionada con el vicio sean motivo de prueba en contra De la crítica a los vicios como la lujuria y la maledicencia, pasando por la crítica a los ladrones y asesinos, Quevedo se traslada a la crítica los vicios de los oficios de: escribanos, mercaderes, alguaciles, médicos, boticarios, pasteleros, barberos, sastres entre otros. La descripción es rápida siempre asociando las malas acciones con partes del cuerpo. Para esto, Quevedo, por un lado, utiliza la alineación rápida de episodios de forma desordenada. Por otro lado, explota en sus juegos conceptistas la dilogía, la sinécdoque, la hipérbole, la metáfora, estos elementos retóricos dan intensidad a las escenas contadas. Sin embargo, a veces el autor se detiene en algún elemento individualizado, como es el caso del maestro de esgrima, del juez que se lava las manos, del astrólogo, entre otros. Cabe decir, que casi todos los tipos satirizados en el Juicio Final ingresaran en la nómina de los otros sueños. También está presente la sátira a personajes enemigos del cristianismo, Mahoma, Lutero, y Judas a penas es esbozada en el "Juicio Final" para posteriormente ser desarrollada en el "Sueño del Infierno".

En "El alguacil endemoniado", además de la sátira a los alguaciles el otro protagonista es la hipocresía simbolizada en el discurso por una vara que termina en cruz de la cual disponen los alguaciles. La sátira, de este modo, se hace extensible a todas las personas que a través del uso de elementos similares[1] o actitudes beatas escondan su falta de respecto a la religión cristiana. La hipocresía es calificada por el demonio como algo peor que la no creencia.
Los peores que los demonios: buscan hundir sus hermanos por avaricia, son lo más bajo moralmente. Hasta el cambio de nombre de la profesión de merino a alguacil es aprovechado por Quevedo, que explicita el origen árabe del último término. Ahí se percibe un detalle de la realidad coetánea: la expulsión de los moriscos.

En la parte central del "Alguacil endemoniado" el demonio se queja de tener que aguantar tantos poetas en el infierno. Cabe decir que, en el "Juicio" ya aparecía una sátira a los poetas: ...en el infierno os sufrimos... (pág.147). El autor aprovecha el momento para realizar la tarea de crítico de la literatura de su tiempo. De ahí que, la mayoría de los poetas están caracterizados como inmundos que huyen de la limpieza. Muchos son ridiculizados por que tardan mil años en leer, o sea que son analfabetos o casi. También crítica a los escritores por buscar preciosismos sin ningún sentido. Pero, la crítica más dura está dirigida a los poetas de comedias, algunos por inverosimilitud y otros por falta de decoro, otros por la falta de coherencia. Después empieza a reunir tipos afines, de este modo: los enamorados siguen el camino de los ciegos; los enterradores van con los pasteleros (en el "Juicio", Quevedo ya había comentado las prácticas de los pasteleros); los médicos con el asesino; los astrólogos con los locos; etc. Los enamorados de sí mismo, o sea orgullosos, los enamorados del dinero son avariciosos, de las obras propias soberbios, los enamorados que en menor número se encuentran en el infierno son los que aman a las mujeres, pues como éstas son tan malas y egoístas consiguen que ellos se arrepientan a tiempo. Los amantes celosos, los don juanes, los acosadores de monjas, los adúlteros, los cornudos, los que se enamoran de viejas son la diana de sus sátiras.

El tema de la honra también esta presente, aunque se presenta con mayor detenimiento en "El mundo por dentro". Este tema que despertó mucha polémica en la época está tratado en los sueños con contundencia
Por otra parte, el diablo elogia a España por tener un rey tan cristiano, crítica los malos reyes y a los mercaderes de la plata. En el área socioeconómica y política arremete sus dardos a los financieros extranjeros, genoveses sobretodo, que quieren, según él, el monopolio del mismo fuego del infierno. Esto seguramente hace referencia a la situación político-económica de España que está ya en estado crítico debido al endeudamiento con los financieros extranjeros. Por otra parte, el sistema judiciario tampoco se libra de crítica, pues es la justicia de los hombres: jueces, procuradores, letrados, escribanos y alguaciles. Mientras tanto la justicia de Dios es personificada y puesta en contraposición con la humana:

La Justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos, y viendo que no hacían caso della y que usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse huyendo al cielo. (pág. 163)
Los pobres son los únicos que no se condenan y así lo explica el demonio al poeta: Si lo que condena a los hombres es lo que tienen en el mundo, y ellos no tienen nada ¿cómo se condenan? Por acá los libros lo tienen en blanco. (pág. 167)

En "El Sueño del Infierno" el autor esclarece a los lectores y también a los censores que su crítica solamente va dirigida a los vicios y no a personas concretas. Aquí la introducción al infierno se presenta de forma alegórica, ya que se asemeja al infierno de la Divina comedia de Dante, aunque en poetas del "Sueño del infierno" realiza el recorrido en soledad. Este sueño empieza en lugar agradable del que parten dos caminos. El personaje del sueño va deduciendo dónde lleva el camino al observar a los caminantes que por él discurren. Los tipos del sueño anterior y del Alguacil vuelven a repetirse: médicos, letrados, sastres, mercaderes. A estos se suman los hipócritas rodeados de mujeres devotas. El camino del infierno sirve de pretexto para una serie de retratos satíricos. En este sueño el autor perfila mejor algunos tipos: el hidalgo engreído y vago que es humillado por los demonios; las conversaciones de los herejes. Se pude decir que algunas escenas del "Juicio final" son ampliadas, mientras que algunos de los tipos del "Alguacil endemoniado" aparecen con algunas variaciones: los mercaderes, los poetas y los enamorados.

"El Mundo por dentro" no aparece como un sueño. Mientras vaga por el mundo, representado como una gran ciudad, el poeta es llamado por un anciano viejo y maltrecho que se presenta a sí mismo como el Desengaño. El Desengaño le invita al poeta a conocer el mundo. Es interesante el cambio de perspectiva, pues aquí el poeta no es un mero espectador, sino un participante que mantiene el diálogo con un personaje, a un tiempo que va presenciando los tipos en escenas cotidianas. Ya no tenemos a diablos parlanchines, pero otra vez el descubridor de los vicios humanos es un personaje alegórico, y lo mismo pasará en el "Sueño de la Muerte".

En "El Mundo por dentro" el pesimismo es mayor que en los sueños anteriores. En su paseo por las calles de la ira, de la gula, de la hipocresía el poeta va observando escenas y personajes de la vida cotidiana que aparentemente son personas de bien. No obstante, Desengaño tratará de enseñar lo que hay por detrás de las apariencias. El número de tipos satirizados en este sueño es menor. Aquí nos encontramos con un sastre mentiroso y ladrón que se viste como un noble; un hidalgo y un caballero arruinados por mantener las apariencias; el alguacil que persigue el ladrón por que este le hace competencia; la falsa hermosa; etc. Claro está que estos tipos ya habían sido tratados, sin embargo, ahora tienen un elemento que los unifica: todos ellos son hipócritas, no son lo que parecen ni son lo que se llaman. También es interesante la contraposición de la apariencia-realidad en los tipos más desarrollados, como por ejemplo el noble arruinado. Pues, esto nos recuerda al desengaño que sufre Lázaro de Tormes.

Por otro lado, si alguien aún tenía dudas de la misoginia de Quevedo, ahora ya no lo puede tener. Pues, los dos retratos femeninos que pinta Quevedo en "El mundo por dentro" son bastante crueles. Nosotros nos detenemos en el retrato de la mujer hermosa, por quién el poeta en un primer momento suspira:

“- Quien no ama con todos sus cinco sentidos una mujer hermosa, no estima a la naturaleza su mayor cuidado, su mayor obra (...) ¡Qué labios encarnados, guardando perlas que la risa muestra con recato! ¡Qué cuello! ¡Qué manos! ¡Qué talle! ¡Todo son causa de perdición y juntamente disculpa del que se pierde por ella! (pág. 301)

Sin embargo, a este retrato hermoso se contrapone el desenmascaramiento provocado por el Desengaño. De ahí que la visión tan bella del poeta es destruida:

¿Viste la visión que una acostándose fea se hizo hermosa ella misma y haces extremos grandes? Pues, sábete que las mujeres lo primero que se visten en despertándose es una cara, una garganta, unas manos, y luego las sayas. Todo lo que ves en ella es tienda y no lo natural. (302)

El desenmascaramiento, creemos, tiene una finalidad didáctico-pedagógica. A través de la confrontación apariencia-realidad el poeta va aprendiendo que no puede fiarse de sus sentidos, pues el mundo está lleno de disimulaciones y nada es lo que parece.

"El Sueño de la Muerte "(1621) fue escrito cuando Quevedo estuvo detenido en la Torre de Juan Abad. En el prólogo deja patente la intención de cerrar los discursos:
He querido que la muerte acabe mis discursos como las demás cosas; querrá Dios que tenga buena suerte.(...) si te pareciere que ya es mucho sueño, perdona la modorra que padezco, y si no guárdame el sueño, que yo seré sietedurmiente de las postrimerías.(pág. 308)

El poeta al quedarse dormido sueña con la llegada a su dormitorio de médicos, boticarios, barberos, cirujanos y sacamuelas. El miedo del poeta queda patente en al oír a un cirujano (pág. 321):
Corta, arranca, abre, sierra, despedaza, pica, punza, ajigota, rebana, descarna y abrasa.
Sin embargo, el susto es mayor cuando el poeta ve entrar la Muerte. Es menester decir que, la Muerte tiene un aspecto muy significativo y barroco. Pues, cada una de las mitades de su cuerpo es opuesta a la otra, como también físicamente podía estar cerca o lejos. El escenario de partida es el propio dormitorio del poeta, y en algunos momentos tenemos la duda si es sueño o realidad, es como un hilo tenue que separa el sueño de del delirio, y mismo de la muerte real. Cuando la Muerte anuncia que viene a buscarle para acompañarle en una visita al inframundo. El poeta se sorprende que ahí la ropa no le hace falta, lo que transmite la idea que la muerte a todos iguala. Por otra parte, también le provoca admiración que la muerte no sea una calavera, ni lleve guadaña y la muerte le contesta:

- Eso no es la muerte, sino los muertos o lo que queda de los vivos. Esos huesos son el dibujo sobre que se labra el cuerpo del hombre; la muerte no la conocéis, y sois vosotros mismos vuestra muerte, tiene la cara de cada uno de vosotros mismos y todos sois muertes de vosotros mismos; la calavera es el muerto y la cara es la muerte y lo que llamáis morir es acabar de morir y lo que llamáis nacer es empezar a morir y lo que llamáis vivir es morir viviendo, y los huesos es lo que de vosotros deja la muerte y lo que le sobra a la sepultura. (pág. 328)

La muerte va rodeada de entrometidos y habladores pues estos causan más muertes que los médicos, boticarios y etc. El número de tipos satirizado disminuye con relación a los sueños anteriores, pues esta última obra esta más centrada en los vicios en general como: la Envidia, la Discordia, la Ingratitud y la lucha entre el Mundo, Carne, Diablo y Dinero, todos personificados.
Cabe destacar que hay una categoría especial de muertos, personajes ficticios o ya olvidados en su contexto que pueblan el refranero o los dichos populares, que amenizan un poco el tono pesimista de la obra. Pues, la sátira de costumbres deja paso a la dramatización, pues el diálogo entre los tipos y el poeta, las diferentes intervenciones se parecen a un entremés. En este último sueño la sátira también está dirigida al costumbre de hablar con dichos y refranes, de ahí que aparezcan varios tipos como recurrentes: Rey Perico, Villadiego, Maricastaña, entre otros muchos. Estos tipos se quejan de les citen una y otra vez por cosas que, o bien ocurrieron hace mucho tiempo, o bien no son verdad.

Con esto Quevedo satiriza el lenguaje hueco, que se refugia en lugares comunes. Pero también sirve de pretexto par introducir a personajes que no son meros tipos de chistes o muletillas. Es el caso del Marqués de Villena que no aparece protestando como víctima de una frase hecha, sino como una auténtica personalidad histórica, aunque envuelta en leyendas. El marqués de Villena, que no es marqués sino por invención de los ignorantes, establece un diálogo con el poeta y esto propicia la ocasión para mostrar el panorama político y económico de Europa, sobretodo el de España. Los dos tratan de las perspectivas de guerra y paz, el auge de las ciudades marítimas italianas, las prácticas profesionales de los letrados, el poder de Venecia y el sistema de validos en los reinos europeos. Esta profundización en los temas políticos no se había dado en los otros sueños.

Para finalizar, nos gustaría comentar que Los sueños ofrecen una especie de retrato caricaturizado de la sociedad de la época. Esta caricatura está construida con elementos de diversas tradiciones literarias que van desde la literatura clásica hasta la picaresca. Por otro lado, la sátira a los vicios y engaños de los diferentes sectores sociales y al poder de Don Dinero, infelizmente hoy en día sigue teniendo vigencia. Pues, este tema parece ser de carácter universal y tener interminable vigencia.




QUEVEDO, Francisco de V. Los sueños, Madrid, Cátedra.









[1] En el Buscón Quevedo ya había satirizado la utilización de los rosarios de tamaño ostensivo como símbolo de fe, con la expresión "perlas frisonas".