miércoles, 28 de enero de 2009








Heptamerón



Partes

1.La autora
2.El Heptamerón
2.1.Argumento
2.2.Estructura
2.3.Personajes de la historia marco
2.4.Temática
2.5.Un poco más sobre el Heptamerón.
3.En relación con el Decamerón de Boccaccio
4.La mujer en el Heptamerón
5.Comentario sobre un de los cuentos
5.1.Argumento
5.2.Análisis
5.3.Conclusión
Bibliografía



1.La autora

Margarita de Angulema nació en 1492 al oeste de Francia. Sus padres fueron Carlos de Angulema y Luisa de Saboya, y su hermano, Francisco I de Francia. Además, se casó de segundas nupcias con Enrique de Navarra, que a pesar de ser un rey casi sin reino y corona (pues los Reyes Católicos habían anexionado la Navarra francesa a la Española), se convertiría en aliado de los franceses contra los españoles.

Margarita de Navarra fue la primera autora de teatro en lengua francesa – Théâtre profane (1536-1548) – y la primera poetisa mística- Dialogue en forme de vision nocturne, Le Navire, Les Prisions. (Aubaud:1993:17)

Debido a su posición privilegiada y a sus gustos renacentistas, conoció a sabios y artistas del momento, entre los cuales: Marot, Bonaperture, Rabelais, quienes albergó y protegió en su corte. Dado que estos personajes estaban buscados por la Iglesia Católica debido a sus ideas reformistas. Ideas que compartía Margarita de Navarra, lo que la llevó a tener problemas con la Sorbona al publicar unos salmos traducidos por Clement Marot. También podemos ver la postura crítica hacia la Iglesia Católica en algunas nouvelles de su Heptamerón (como la XXIII, una de las más duras que lanza hacia los Franciscanos).

Margarita se mantuvo en el marco de la Iglesia Católica, posiblemente porque a su marido, deseoso por recuperar las tierras navarras que le habían sido arrebatadas, no le convenía buscarse problemas con Roma, lo que complicaría sus relaciones internacionales. No obstante, las obras de Margarita siempre tuvieron un fuerte componente religioso (éste es un rasgo muy presente en el Heptamerón); y su poesía ha sido calificada de mística además de que en su producción teatral priman los misterios.

Cabe apuntar que sus ideas religiosas no eran exactamente las de Calvino, Erasmo o Lutero. Lo que ella defendía era una especie de religiosidad más individual basada en las lecturas de las Sagradas Escrituras, la confianza en la bondad divina frente al orgullo y la hipocresía, pero sin renegar nunca de la Iglesia. Esto es lo que se puede extraer de la lectura del Heptamerón (particularmente de las palabras de Doña Oisille) y que se refleja no en el mensaje que promulga, sino en la falsedad de toda la jerarquía religiosa. Esto da pie a los estudiosos en la materia a pensar que sus reformas religiosas se hubieran llevado a cabo en toda Francia de no haber sido por las aspiraciones políticas que rodeaban a la gente de su entorno.



2.El Heptamerón

2.1. Argumento
Es otoño, varios personajes emprenden el viaje de vuelta a casa, tras la temporada de baños en el balneario de Cauderés. Las lluvias características de la época, unidas a la difícil orografía de la zona, dificultan su viaje hasta tal punto que se ven obligados a refugiarse en un monasterio. Así, poco a poco, se van sumando hasta un total de diez personajes: Oisille, Parlamente, Hircan, Longarine, Dagoucin, Saffredent, Ennasuite, Nomerfide, Simontaut y Geburon. Estos personajes son, posiblemente, lo único ficticio que tenga la obra, ya que tanto su lenguaje y sus actitudes como la geografía e historias que se nos describen son totalmente realistas y, permiten catalogarlos como personajes de alta condición social. Incluso, algunos de los personajes de la historia marco pertenecen al entorno de Margarita de Navarra, pero eso se verá más adelante.

La convivencia y el encierro inducen a estos personajes a buscar alguna forma de entretenerse, con arreglo a los criterios que establece Parlamente. De modo que cada uno de los días, tras oír misa y reflexionar sobre las Santas Escrituras, los personajes se irán a un prado cercano a contarse historias (verídicas) hasta que los monjes terminen de reparar un puente lo que le permitirá a cada uno de ellos continuar con su camino.


2.2. Estructura

El Heptamerón consta de un prólogo general, que sirve de presentación y justificación de la obra, y de 72 relatos, divididos en 7 jornadas completas (de 10 relatos cada una) además de la octava inacabada (con sólo dos historias). A su vez, cada jornada es iniciada por un prólogo y cada historia, por un título y un diálogo (que, a su vez, termina la nouvelle anterior). En el prólogo, la autora hace la promesa de contar hechos verídicos en oposición a las historias inventadas o provenientes de folletines. Pocas son las nouvelles que provienen, en efecto, de otros libros (nouvelle LX), o de eventos pertenecen a una realidad histórica (nouvelle XII) en esta última Margarita cambia el nombre de los personajes. No obstante, aunque los hechos son supuestamente reales en todas las historias los personajes son esteriotipados.
Como se puede ver, la estructura del Heptamerón es la de una colección de cuentos en la cual podemos distinguir dos planos narrativos:

a. La historia marco
b. Colección de nouvelles que se integran dentro de la historia marco.

La historia marco es una historia unitaria y lineal que empieza con una introducción que, a diferencia del Decamerón, no consiste únicamente en una declaración de intenciones, sino que se nos hace una presentación tanto de los personajes como de lo que es el propio espacio de la obra. Luego, la historia marco se irá desarrollando con la narración de los instantes previos a cada uno de los relatos. Así podemos decir que la función de la historia marco es crear la situación en la cual se inscriben los relatos que pertenecen al segundo plano narrativo, con una particularidad: que los diez personajes de la historia marco se va a convertir en narradores del segundo plano narrativo. De esta manera observamos cómo desde el punto de vista de la estructura, la obra tiene una gran coherencia porque la relación entre los dos planos narrativos está perfectamente tramada.
Además, la coherencia también viene dada porque la obra refleja lo que es el desarrollo de la realidad. Así, los relatos nos ofrecen ejemplos de anécdotas de la vida real que Margarita ha seleccionado para tratar de dar una visión global y unitaria de la sociedad en la que está viviendo. Obviamente, estos relatos no son elegidos de forma gratuita, pues responden a las distintas cuestiones que se plantean en la historia marco, marcadas por las discusiones que surgen entre los distintos personajes. De esta forma, el conjunto de esta colección de relatos va a provocar que la reflexión que de ellos se haga sobrepase el campo de lo filosófico, lo moral y del costumbrismo para realizar una reflexión a cerca del propio hecho de escribir. Esto viene justificado porque Parlamente plantea la importancia de contar historias y, con ello, ofrece una reflexión a cerca de la importancia de la literatura, ofreciendo, de este modo, un discurso metaliterario.

Volviendo al desarrollo de la historia marco, hay que decir que va a ser propio y que no tiene nada que envidiar a las nouvelles que se nos cuentan en el Decamerón. Así, el lector encuentra dos razones fundamentales por las que seguir leyendo:

- Para conocer los distintos relatos
- Para saber cómo acaba la historia de los diez personajes

De este modo, Margarita pretende evitar que el lector sólo se dedique al desarrollo de la historia marco.
Además, los narradores de estos relatos son los personajes de la historia marco. Esto traerá consigo una serie de consecuencias, ya que estos personajes evolucionan y es esta evolución lo que va a influir en el tipo de relatos que se nos cuenta. Asimismo, estos individuos van a interactuar entre sí, creando un nuevo juego. Así, por ejemplo, si un personaje está enamorado de otro, sus relatos van a estar condicionados por este sentimiento y esta situación, lo que demuestra que no es una simple colección de cuentos.

A parte de todo esto, otro elemento al que Margarita da mucha importancia es el espacio narrativo en el que confluyen los dos planos de la narración: los diálogos que se producen entre cada una de las historias, ya que es ahí donde se nos va a mostrar la personalidad de los personajes. Pero, a su vez, estas pláticas se encuentran íntimamente relacionadas con los relatos por dos motivos:

- El relato produce la discusión
- El relato funciona como elemento de paso que nos permite avanzar de un relato a otro.

Los diálogos también van a tener una función ideológica porque a través de ellos podemos ser testigos de la multiplicidad de posturas existentes en la sociedad, pues éste va a ser uno de los objetivos de Margarita.


2.3. Personajes de la historia marco
En primer lugar cabe destacar que los diez personajes no están igualmente desarrollados. Además, sobre su caracterización física tenemos muy poca información, a penas podemos tener una idea aproximada de las edades de cada uno y de su condición social. Será a través de sus intervenciones en la tertulia que podremos perfilarlos un poco psicológicamente. Además de las palabras, también cobran importancia las miradas de los hombres hacia las mujeres y el disimulo de estas, el tono de voz de los personajes (colérico, sonriente), los silencios, la extensión de los cuentos narrados. Todos estos elementos unidos nos van aportando matices sobre cada personaje.

Oisille: Es una anciana viuda con gran experiencia poseedora de valores claramente establecidos y representante de la nobleza más tradicional. Se trata de un personaje muy religioso, pero su devoción nunca se convierte en superstición. Se convertirá en la guía espiritual del grupo y es en este punto donde se va a ver el carácter humanista de Margarita de Navarra, ya que Oisille hace referencia a las Sagradas Escrituras y, por lo tanto, trata de dar una interpretación religiosa y espiritual a los diferentes relatos. Desde un primer momento queda clara su postura religiosa y su simpatía por la iglesia reformada, cuando nos es narrado que Oisille va a la abadía por curiosidad y no por superstición o milagrerías. El culto externo es rechazado por ella, pero la fe no.

Parlamente: Es el personaje más “cuidado” por Margarita de Navarra. Desde el prólogo podemos percibir a través de: “es una mujer que nunca estaba ociosa o melancólica”
Se va a convertir en la portavoz del bando femenino. Su propio nombre viene del verbo francés parler, lo que refleja su voluntad por el diálogo. De hecho, es ella quien propone que para entretenerse se cuenten historias. Es una mujer muy activa que tiene gran inquietud por el conocimiento y se muestra como la más sensata. Sus relatos son los más exitosos y gozan de un lenguaje mucho más cuidado, lo cual refleja que es un personaje culto (por ello, además, goza de ciertas situaciones de privilegio, pues con sus relatos suele o abrir la jornada o cerrarla). Tras la lectura de sus historias, podemos apreciar que siempre defiende el amor casto y la fidelidad, pero sin escandalizarse ante las narraciones más misóginas y extremas. Pese a que está casada con Hircan, algunos personajes del relato se van a enamorar de ella (aunque finge no darse cuenta).

Hircan: El marido de Parlamente y representa su contrapunto. Se convierte en el representante del bando masculino y, tras la lectura de la obra, vemos como entre su mujer y él se producen varias disputas seguidas de reconciliaciones. Hircan infunde posturas libertinas (que prohíbe a su mujer, de la que lo que más admira es su discreción) y critica siempre a las mujeres por dos motivos: la soberbia y la hipocresía. Por ello, no es popular entre el bando femenino, pero es respetado por su inteligencia y su agudeza en los debates.

Dagoucin: Encarna los ideales amorosos neoplatónicos (el amor puro, la fidelidad, quita importancia al amor carnal...), lo que produce el asombro y la sorpresa de sus compañeros varones y una predisposición favorable por parte de las damas (de hecho, en un momento dado de la novela, Hircan tacha sus ideales de "elevada filosofía"). Se nos muestra como un joven tímido e idealista, partidario del respeto amoroso y del respeto a la dama. Al igual que Saffredent va estar enamorado de una de las mujeres casadas.

Saffredent: Es un personaje totalmente diferente al anterior, Daugocin. Es más mayor y siente gran admiración por Hircan, con quien suele coincidir en sus opiniones. Se caracteriza porque no dice nada beneficioso de las mujeres, además es menos culto e inteligente que Hircan, lo que va a hacer que las mujeres se rían de él. Cita a la Biblia pero siempre con malas interpretaciones.

Simontaut: En la misma línea machista y misógina del anterior personaje, nos encontramos con el enamorado de Parlamente. Poco se dice de él, pero se puede apreciar que es un personaje que demuestra un gran sarcasmo que a veces roza la grosería.

Geburon: Es el hombre más mayor, lo que le hace ser el más sensato. Sus juicios son siempre muy moderados y no se deja llevar por la pasión. Demuestra siempre muy buena educación, se aleja de los comentarios machistas de algunos de sus compañeros y, aunque intenta hacer burlas sobre su avanzada edad, a veces se muestra algo nostálgico. Sus conclusiones suelen ser bastante moralizantes.

Longarine: Es una mujer casada por conveniencia pero, como se puede leer en el prólogo inicial, enviuda. En los debates se muestra muy ingeniosa y ocurrente. Poco más podemos decir de ella, sólo que es posible encontrar en ella una mayor seriedad que en Nomerfride y Ennasuite.

Nomerfide y Ennasuite: Se trata de las dos chicas más jóvenes y solteras. Su juventud va a provocar que estén todo el rato pensando en el juego, que les aburran las discusiones serias... Por ello sus debates serán muy espontáneos y sus relatos muy entretenidos y divertidos. Cabe señalar que en unos momentos del relato Ennasuite y Parlamente van a estas enfrentadas (¿tal vez por algún comentario de Saffredent que la joven muchacha ha respaldado y que a Parlamente no le ha gustado?).

Dejando a un lado todo lo que concierne a la estructura de la novela y las relaciones que mantienen estos personajes con ella, hay que decir que éstos son bastante novedosos. Con esta serie de personajes Margarita de Navarra innova, ya que hasta la fecha en la que escribió el Heptamerón, los protagonistas siempre habían sido campesinos o burgueses, mientras que en este caso se trata de nobles y personajes de la corte. Esto es así porque:

- Es una obra destinada a la nobleza.
- Si Margarita quiere escribir una obra realista, sus personajes deben de ser de un tipo determinado y que ella conozca a la perfección para poderles dotar de un comportamiento realista
- Se trata de gente con la que se relaciona.

En este sentido, hay que decir que muchos estudiosos han intentado ver en algunos de los protagonistas del relato a un personaje real. Así, tras Parlamente se escondería Margarita de Navarra; tras Oisille encontraríamos a su madre, Luisa de Saboya y tras la figura de Hircan, a su marido, Enrique de Navarra (Hircan responde al anagrama de Enrique en gascón). Sin embargo, estudiosos en la materia han querido ir más allá, y tras analizar las relaciones entre los distintos personajes y los posibles anagramas que sus nombres puedan formar, han especulado que:

- Longarine sea Aimée Motier de la Fayette, viuda del Señor de Longray
- Dagoucin: Nicolas Dangu, abad de una abadía francesa
- Saffredent: Heand de Montpezat
- Ennasuite: Anne de Vivonne, madre de Brantôme
- Nomerfide: Françoise de Firmarcon
- Simontaut: François de Bourdeilles, señor de Montauris
- Geburon: el Señor de Burye

Además, algunos de estos estudiosos han intentado ver tanto en Parlamente como en Oisille la figura de Margarita de Navarra en distintos momentos de su vida, ya que la edad de la autora al escribir la obra se aproxima más a la de Oisille que a la de Parlamente.


2.4. Temática

El tema del Heptamerón es el amor. El amor humano y el amor profano. El amor bajo todas sus formas de las más prosaicas a las más esprirituales.

Subtemas
- Lo negativo de los comportamientos humanos: misoginia y misantropía
- Exaltación de la fe en Dios y en las sagradas escrituras.
- Crítica a la hipocresía y a la superstición religiosa.
- El matrimonio.
- El neoplatonismo.

De cierta forma todos los temas tratados están relacionados con el amor, pues el amor a Dios, al esposo/a, a la verdad es sin duda el eje motor de la obra. Probablemente esta obsesión por el tema amoroso esté muy relacionada con su biografía, ya que Margarita de Navarra tuvo muchos pretendientes y dos matrimonios, uno de ellos con el duque de Alençon (un hombre gris del que no tuvo descendencia) y otro con Enrique de Navarra (en el que algunos han querido ver un matrimonio de Estado).
Dejando a un lado las razones que motiven a la autora a escribir una obra como esta, el caso es que el amor es el tema más destacado de los relatos del Heptamerón ya que sólo trece relatos prescinden de la anécdota amorosa. El resto de ellas oscila entre un desarrollo exhaustivo de una historia de amor (nouvelle X), una aventura galante (nouvelle XXV), conductas amorosas condenables y seguidas de asesinatos (nouvelle I), venganza (nouvelle XV)... Este es el punto de partida que le permite a Margarita un estudio detallado sobre el ser humano y su naturaleza, lo que viene a ser un análisis de las bases de la sociedad en la que vive. Así, la variedad de casos amorosos da paso al cuestionamiento y, en algunos casos exaltación, de valores como la castidad, la fidelidad, el honor, la discreción... Y nos permite establecer un gran rango de temas secundarios, como el papel de la mujer en la familia, reflexiones a cerca del matrimonio, de la religión, del sexo...
Entrando en un análisis más detallado de la obra, nos damos cuenta como los relatos tienen una finalidad moral, pues tratan de dar un ejemplo de un posicionamiento ideológico para poder sacar una conclusión. Pero, como es evidente, esos relatos responden a las características del relato breve: sólo pude existir una historia central alrededor de la que se desarrolla la trama y el estudio psicológico de los personajes es mínimo. Sin embargo, Margarita intenta introducir una elaboración psicológica mayor de lo habitual, algo que suele hacer gracias a pinceladas del carácter de los personajes y de su forma de pensar, pasando por alto sus características físicas.
Pero esos intentos por reflejar la realidad no son suficientes para lograr su objetivo. Por ello, y vuelvo a repetir una vez más, es tan importante la relación que existe entre ambos planos narrativos porque tanto la historia marco como los diálogos van a completar el análisis que se propone realizar Margarita. Además, esto viene reforzado por algo que Parlamente ya establece en el Prólogo de la primera jornada: que de las historias que se narran sean reales y que de ellas se puedan extraer algún tipo de enseñanza (lo que entronca directamente con los objetivos humanistas). De esta manera, Margarita no sólo logra dar mayor verosimilitud y credibilidad, sino que logra basar la literatura en la tradición oral de una cultura (de hecho, la única nouvelle que está basada en la tradición escrita es la LXX, pero Parlamente da licencia para contarla a Oisille, pues como se imagina que ninguno de los presentes la sabe, puede parecerles real).
El hecho de que estos relatos sean reales va a obligar a Margarita a esforzarse por introducir elementos que den aún más credibilidad a sus narraciones, como las anécdotas que les ocurren a distintos personajes históricos, o se van a basar en otras historias ficticias como:

- Historias que provienen de la cultura francesa (como la nouvelle XXX, que es una versión de la obra de Châtelaine de Vergy)

- Historias tomadas directamente del Decamerón, con lo que vemos que la influencia de Bocaccio es bastante fuerte. Esto ha producido diversas discusiones sobre si Margarita toma directamente el argumento del Decamerón o si, por el contrario, ambos recurren a una fuente común. (nouvelle III)

- Historias que provienen de cuentos grecolatinos (como la nouvelle VI)

También va ayudar a que lo que se cuenta sea más creíble, el que cuando se cuente una historia se hable de una poesía que, por ejemplo, un caballero le escribió a su amada cuando se encontraba en el exilio. O que se incluyan distintas cartas o manuscritos que se escriben los personajes de las historias. Asimismo, en lo que atañe a los personajes de los relatos, Margarita va a hacer uso de otros recursos como:

- personajes históricos
- personajes que son pertenecientes al entorno de los narradores
- personajes reales
- personajes de los que se omiten su nombre y algunos de sus datos (esto lo hace por discreción. Lo mismo ocurre con algunos lugares geográficos)
- personajes que en unas historias aparecen como protagonistas y en otras como secundarios y viceversa.

Del mismo modo, el lenguaje va a contribuir a dar esa sensación de realismo, ya que es sencillo y concreto (pero no por eso pobre). Con este fin, Margarita huye de las pomposidades y de las estridencias, lo que contribuye a dar una sensación de proximidad y le obliga a tener muy claras las diferentes ideas que desea transmitir.

Respecto al desenlace de los 72 relatos que componen el Heptamerón, hay que decir que van a ser justos: las personas virtuosas van a salir triunfantes, mientras que la inmoralidad y la degradación va a recibir un castigo. Así, por ejemplo, los clérigos lascivos y lujuriosos van a ser castigados (como ocurre en las nouvelles V, XXI ó XLVIII), lo que pasa es que va a existir una diferencia en la gradación del castigo (en una será descubierto y amonestado, en otra torturado, en otra condenado a muerte...). Esto no responde a ninguna razón especial salvo a que Margarita desea reflejar la realidad (y ésta es unas veces más justa y dura que otras). Algo parecido ocurre con las mujeres.

Todo esto llama la atención porque si la nouvelle tiene que tener una finalidad moral, el desenlace no lo es. La explicación a esto la podemos encontrar en que cada uno de los narradores busca una finalidad diferente al contar cada uno de sus relatos, lo que se puede observar en el progreso de los diálogos.


2.5. Un poco más sobre el Heptamerón

Una de las cosas que todavía no hemos comentado sobre el Heptamerón es que se trata de una obra que ha suscitado mucha polémica porque en un primer momento se analizaba bajo la misma lectura que se hacía de la obra de Bocaccio, pues se pensaba que era una obra única y exclusivamente de entretenimiento, cuyo eje era la picardía (se llegó a tildar de pornográfica). Esto creó muchas dudas sobre su autoría, pero que rápidamente fueron disipadas porque Margarita de Navarra era un personaje muy conocido y porque se aprecia en ella una doble personalidad. De hecho, si analizamos con detenimiento toda su obra vemos que no existen tantas diferencias entre su producción religiosa y el Heptamerón:

-Muchos de sus escritos religiosos van a existir bastantes aspectos de ligereza e ingenuidad, desvelando la sensibilidad de la autora en todo lo que concierne a los sentimientos humanos y sus debilidades.

-Si analizamos el Heptamerón, nos vamos a encontrar como su finalidad no es presentarnos toda una serie de episodios más o menos eróticos, sino que como ya hemos dicho, Margarita trata de profundizar en todas las formas del amor.

Sin embargo, un problema que todavía queda pendiente es que sigue sin quedar claro la fecha exacta de composición del Heptamerón y si esta obra es de madurez o recoge también relatos de juventud. Lo que sí parecía claro es que databa del año 1546 porque:

-Parlamente habla de la corte de Francisco I, que muere en 1547.
- Se menciona la aparición de la traducción del Decamerón (1545)
- En 1546 Margarita y su marido pasaron una temporada en Cataurets, localidad que aparece en el prólogo.

No obstante, en la actualidad se cree que esta cronología sólo es válida para el prólogo, ya que en la nouvelle LXVI Margarita habla sobre una anécdota que le ocurrió a Jeanne d'Albert y al marido de ésta, que no se casaron hasta 1548. Y Margarita, además, podía haber tenido antes de 1545 una traducción personal de la obra de Boccaccio pues le había encargado a Le Maçon que se la tradujera 15 años antes. Esto nos inclina a pensar que el Heptamerón no es sólo una novela de madurez.
Por otra parte, como se puede comprobar, la obra aparece inacabada: hay 72 relatos de los 100 propuestos. Esto se puede explicar porque, o bien se ha perdido parte del material original, o bien Margarita murió antes de terminar de escribir su obra.


3. En relación con el Decamerón...

Al hablar del Heptamerón de Margarita de Navarra es inevitable tener que aludir al Decamerón de Boccaccio. Como en la obra del autor italiano, la situación inicial es casual: diez personas se refugian en un monasterio por culpa de las fuertes lluvias que les obligan a hacer un alto en el camino. Pero además, podemos establecer ciertos paralelismos entre ambas obras: como que las fuerzas desencadenadas de la naturaleza representan a la peste que obliga a diez jóvenes a abandonar la ciudad en la que viven o como que los Pirineos se identifican con Florencia (en cuanto al lugar físico en el que se desarrolla la acción).

Podemos decir que el Heptamerón es heredero del Decamerón en lo que se refiere a las cuestiones formales: la narración pintoresca del prólogo inicial, reunión en un lugar agradable, alternancia entre historias divertidas y trágicas... No obstante, al mismo tiempo, estamos hablando de una obra totalmente diferente a la de Boccaccio ya que este "Decamerón francés" descarta toda historia ficticia o maravillosa. Además, la estética es muy opuesta a la elegancia del autor italiano, ya que a veces se encuentra cierta rudeza en el lenguaje y una sintaxis un poco pesada.

Otra cosa que distingue el Heptamerón del Decamerón es la importancia que tienen en la obra de Margarita los diálogos, que son bastante vivos y que, a pesar de servir como elementos de unión entre cada una de las historias que se cuentan, sirven para caracterizar a los personajes y mostrar su evolución psicológica. Además, sirven también para mostrar un enfrentamiento entre sexos y para confrontar una posición más "realista" y otra más "idealista" del amor.
No hay que olvidar que en el Heptamerón se intenta obtener una moraleja de cada historia que se narra (algo que se da en los diálogos que se producen al final de cada nouvelle), mientras que en el Decamerón el único mensaje extraíble se puede resumir en el carpe diem, pues entre sus 100 narraciones no encontramos tal finalidad.


4. La mujer en el Heptamerón

Hemos dicho anteriormente que el tema de la obra es el amor. A través del multiperspectivismo del marco narrativo, donde los personajes van tejiendo la ideología amorosa de Margarita de Navarra. Es a través de las actitudes y palabras de hombres y mujeres que irá se construyendo el panorama de la concepción de amor y del matrimonio en el siglo XVI.
Se pensamos que en el periodo anterior (la Edad Media) el amor alabado en Literatura era el amor cortes. El trovador cantaba a la frivolidad y la coquetería femenina, aunque que las mujeres casi inaccesibles eran las más celebradas. La belleza y la discreción femenina eran valores que estaban por encima de los valores intelectuales. Por otro lado, en los Fabliaux, casi siempre la mujer es vista como frívola, codiciosa e hipócrita. Y finalmente tenemos a los Lais de Maria de Francia, que son quizá una excepción, al hablar del amor sincero entre hombres y mujeres (en algunas ocasiones).

En el siglo XVI, sin embargo, la mujer empieza a influir en la sociedad (no nos olvidemos que la propia Margarita vino a España para intentar liberar a su hermano). Sin duda, uno de los pilares del papel femenino es la educación humanista. A través de la cultura y de su posición social privilegiada Margarita toma conciencia de que el mundo está cambiando, pero la mujer aún está demasiado ofuscada por el hombre. Observamos en su obra una estructura de mosaico, donde cada palabra, cada gesto de los personajes contribuyen a conformar una defensa de la mujer honrada, creyente e instruida.

Los personajes están divididos en dos bandos: femenino y masculino. Aunque se igualen en número, no poseen el mismo protagonismo. El bando masculino liderado por Hircan se caracteriza por la misoginia y el machismo (excepto Daugocin y Geburon).

No obstante, es en el bando femenino donde está la guía espiritual del grupo; dona Oisille y la persona con mayor desarrollo intelectual; Parlamente. De este modo, Margarita consigue elevar el papel de la mujer en la sociedad de su época, desterrando valores como la frivolidad y el orgullo. Así las cosa, la mujer fiel a Dios y a su marido y además inteligente y cultivada, representada por Parlamente, es la gran vencedora en los debates. Esto se da, no sólo por las ingeniosas intervenciones del personaje, pero también algunas veces por el contraste entre los posicionamientos masculinos y femeninos. Es a través de la actitud misógina de Saffredent y Simontaut con argumentos poco fundamentados, basados exclusivamente en la tradición machista, que se puede percibir que aunque la mujer empieza a tomar conciencia de su papel el hombre prefiere que nada cambie.

El amor sagrado, hacia a Dios y a las escrituras, está presente en el ritual diario del grupo y es acogido por todos de igual modo. Mientras que el amor hacia a un semejante parece estar subordinado a la clase social del individuo y su estado civil. Pues, no deja de sorprender al lector actual el desprecio hacia a la vida de los criados.

El amor humano, desde la postura elitista de Margarita, debe estar entre individuos de la misma clase social y dentro del matrimonio. Tanto es así que Parlamente respecta a su marido cuando disimula el cortejo de sus admiradores.

Dentro de la temática del amor humano está el sexo, que termina por ser el eje motor de casi todas las nouvelles. La incompatibilidad del juramento de los frailes con la lujuria está ampliamente criticada, así como la infidelidad femenina, aunque en algún cuento nos encontremos con el burlador burlado.

5. Breve comentario de un cuento

A continuación, realizaremos el comentario de una nouvelle de las que se compone el Heptamerón en la que veremos ejemplificado lo que hemos visto más arriba. En este caso, el relato escogido ha sido el XXIII.

5.1. Argumento
Oisille cuenta que en la región de Perigord había un caballero que era muy devoto a San Francisco y que creía que todos los que llevaban su hábito eran tan nobles como el santo. Pero resultó que una noche se presentó en su casa un Franciscano. Durante la cena el caballero, que deseaba a su mujer, le preguntó al monje que si pecaba si se acostaba con su mujer estando criado. Éste, en un principio le dijo que sí pero, a medida que iba comiendo y bebiendo, deseaba cada vez más a la mujer de su anfitrión, de modo que al rato le dijo que sí que podía acostarse con su mujer si estaba del todo limpia. Al haber ésta asentido, el Franciscano le dijo al caballero que fuera a la cama de su mujer una vez hecha la digestión, por lo que acordaron una hora para el encuentro.

El fraile, que había escuchado la conversación mantenida por el matrimonio, se adelantó al marido y llegó al lecho de la esposa mucho antes de lo acordado, lo que la sorprendió pues le había tomado por su marido. Una vez que el religioso se desfogó, se levantó y engañando a uno de los sirvientes del caballero, marchó a lomos de su caballo. En esos momentos se levantó el caballero y fue hacia el dormitorio de su mujer, pero ésta al oírle hablar a su lado, le dijo que si no había tenido suficiente ya, lo que hizo que éste comenzara a sospechar del Franciscano. Esos temores se confirmaron cuando su sirviente le dijo que se había marchado, de manera que marchó enseguida el caballero para intentar darle alcance.

La joven, mientras tanto, al considerar todo lo ocurrido, decidió quitarse la vida, llevándose sin quererlo la del recién nacido. Los gritos de la criatura despertaron a hermano de la muchacha, que al ver a los dos fallecidos y no encontrar a su cuñado, pensó que éste era el autor de las muertes, por lo que salió en su búsqueda para vengarse. Ambos se encontraron cuando el caballero regresaba, sin éxito, de perseguir al monje y, su cuñado, al verle y debido a su sed de venganza, le clavó su espada. El caballero le preguntó por las razones del enfrentamiento y éste le dijo que era su castigo por haber matado a su hermana y a su sobrino. Al oír estas palabras, el caballero le contó las razones por las que había salido aquella noche y, aunque su cuñado le pidiera perdón y le ayudara, no consiguió salvarle de la muerte a la que le había condenado tras la estocada.

5.2. Análisis
Éste es uno de los relatos más duros contra los Franciscanos que aparecen en el Heptamerón y se inscribe dentro de la tercera jornada, cuya temática versa en honrar y criticar a la Iglesia.
Lo primero que nos llama la atención de esta historia es la primera frase: En la región de Perigord había un caballero [...] ya que, a parte de introducir y presentar lo que Oisille nos va a contar, ofrece una localización geográfica y un caballero del que se oculta su nombre (al igual que ocurre con el Franciscano). El efecto que produce es que nos da sensación de que el relato es verídico, cumpliendo así una de las condiciones fundamentales que Parlamente establece en el prólogo. Esta impresión de que todo lo que se nos cuenta es real crece porque lo que ocurre sigue un orden lógico y temporal y porque, al final, aparecen dos personajes históricos (el rey Francisco I y el letrado Francisco Olivier) con los que uno de los protagonistas de esta nouvelle interactúa (el cuñado del caballero devoto).

Respecto a la temática, hay que decir que el relato tiene un alto componente anticlerical que estaría muy en relación con lo que pensaba Margarita de Navarra y lo que propugnaban las nuevas teorías humanistas sobre la Iglesia y la reforma Católica. En este caso los vicios de la Iglesia se encuentran representados por la figura de un Franciscano, que se comporta de forma totalmente distinta a lo que había promulgado San Francisco de Asís: es bebedor y lujurioso. Y es, precisamente, el cumplimento de este pecado capital por el que se desarrolla la tragedia de la historia, ya que en lugar de estar de maitines (y, por tanto, cumpliendo su obligación) se estaba divirtiendo con la mujer de su anfitrión.

A estos efectos, hay que señalar uno de los pasajes más duros contra los Franciscanos que hay en toda la novela y que viene marcado por todo el desenlace de la historia (desde Quedó la joven sola en su lecho, sin más consejo ni consuelo que su hijito recién nacido, y al considerar el horrible y espantoso caso que le había sucedido [...] hasta prácticamente el final). Se trata, como hemos dicho, de uno de las críticas más duras contra la orden porque hasta este momento los ataques se podían calificar de malintencionados, pero basadas en acusaciones más "tradicionales" (como su afición por la buena vida). Pero aquí se hace hincapié en las ideas religiosas: se contrapone las enseñanzas de los Franciscanos y el credo de los evangélicos, invalidando la salvación por las obras (que no vale de nada sino se confía en la gracia divina para situaciones límites como ésta, que lleva a la desesperación y a la muerte).

Entrando en un análisis un poco más detallado, nos damos cuenta de cómo se cumple algo de lo que hablábamos en el apartado anterior: que el relato tiene una finalidad moral (que en este caso es que hay que pensárselo dos veces antes de acoger a algún fraile) y que responde a las características del relato breve. De esta manera, vemos una historia central alrededor de la que se desarrolla la trama y un estudio psicológico de los personajes mínimo, marcado principalmente por rasgos psicológicos. Así se dirá del caballero que es muy devoto y de la mujer que es muy bella, prudente y virtuosa (un perfil de mujer defendido y alabado a ultranza por Oisille, que es quien nos cuenta la historia).

Es momento ahora de hablar de algo sobre lo que no lo hemos hecho todavía en este apartado: los diálogos. La nouvelle que estamos tratando viene introducida por la discusión que provoca la anterior, contada por Geburon y cuyo tema es también anticlerical. Vemos, por consiguiente, que son elementos de unión entre los diferentes relatos que, a parte de cohesionar la novela, entronca a cada una de las historias dentro de la historia marco. Además, también podemos apreciar el intercambio de opiniones que se produce en cada uno de los diálogos, que remite al propósito de reflejar la realidad que tiene Margarita de Navarra con el Heptamerón.

En cuanto a lo que se dice, me gustaría señalar la primera intervención de Geburon al terminar de narrar la historia (He aquí una historia, señoras, que confirma lo que dice el Evangelio...) porque cita de memoria un par de frases que toma de las Sagradas Escrituras, lo que muestra una de las propuestas humanistas: leer y estudiar directamente las obras [clásicas] y no por medio de resúmenes (como se había hecho durante la Edad Media). Otra cosa que también me gustaría subrayar es que Geburon cede la palabra a Oisille, a la que le ha oído decir a Nomerfide que hay frailes malos pero que también los hay buenos. Con esto pretende remediar su falta (pues cree que se ha excedido al contar la historia de un mal monje), lo que nos demuestra su carácter prudente y cómo, a partir de los diálogos y de los relatos que nos cuentan, podemos ver la psicología de los protagonistas.

Volviendo al argumento del diálogo, Oisille le dice a Geburon que no puede atender su petición porque no encuentra argumentos favorables para defender a las Santas Órdenes. De hecho, se muestra bastante explícita en este aspecto, ya que desea mantener la promesa que se ha hecho en el Prólogo inicial de decir la verdad. (Como hemos jurado decir la verdad -contestó Oisille, no podría defender tal opinión). Además, este fragmento dice mucho, ya que la guía espiritual del grupo no es capaz de hacerse cargo de la defensa del clero regular. Asimismo, este párrafo le sirve para introducir la historia que a continuación nos va a contar.

Por lo que respecta a la conversación posterior al relato que estamos comentando, hay que decir que Oisille deja bien claro que la moraleja que quiere que se extraiga de su historia es que hay que pensárselo dos veces antes de acoger a un fraile. De la intervención de Hircan podemos extraer que es bastante agudo ya que con lo que dice pretende hacer reír al grupo (haciéndole una burla al protagonista de la historia). En el caso de Parlamente, queda demostrado cómo no sólo no se escandaliza ante las situaciones más extremas, sino que además se permite el lujo de bromear un poquito. Y en el de Geburon, vemos cómo hace referencia a sus tiempos de juventud con añoranza (en este caso porque antes sí que se podía confiar en los frailes). Sin embargo, es Saffredent quien, en su segunda intervención, propone cambiar de tema aceptando con resignación el poder del que gozan los clérigos. De este modo, Oisille cede la palabra a Dagoucin porque sabe que va a introducir un relato de temática amorosa (en el que se van a reflejar sus ideales neoplatónicos).

Para finalizar en este apartado, me gustaría señalar que en este relato me ha sorprendido mucho la actitud de Oisille, pues se muestra bastante tajante y radical, algo a lo que no estamos muy acostumbrados a ver en el libro, pues suele ser bastante moderada. Digo esto porque la historia que nos cuesta es bastante extrema y deja a los Franciscanos muy mal parados, pero además, por su segunda intervención en la discusión, ya que dice:

- Es una lástima que los encargados de administrar los sacramentos jueguen con ellos de esta manera. “¡Deberían quemarlos vivos!”

Atribuyo estas palabras a un sentimiento de indignación por su parte al ver en lo que están convertidas algunas órdenes religiosas y la iglesia católica, además de que se han alejado de lo que promulgaban las Santas Escrituras. Es en estas palabras, por ejemplo, dónde podemos apreciar lo que muchos estudiosos y críticos literarios han creído ver en Oisille: que representa a Margarita de Navarra en su madurez. Esto cobra sentido si tenemos en cuenta algunos de sus datos autobiográficos: que era una librepensadora, que apoyaba una reforma de la Iglesia Católica (aunque nunca llegó a desvincularse de ella), que en su corte cobijó a distintos autores buscados por sus ideas reformistas...

6. Conclusión

Como ya hemos visto con el análisis de la nouvelle XXIII, la temática anticlerical tiene un gran peso en el Heptamerón. De hecho, Oisille exclama en una de las últimas jornadas que si no se van a librar de los cuentos de los Franciscanos. Con estos relatos, Margarita de Navarra demuestra que se hace eco de los movimientos reformistas y anticlericales que hay en su época y los refleja. Así, por ejemplo, podemos ver que la hipocresía es el mal común a todos los Franciscanos y que son ellos los que protagonizan muchas escenas de enredo, al igual que ocurre en los Fabliaux (por ello no es de extrañar que la novela de la que hablamos fuera catalogada como tal y no se atribuyera a su autora).
Pero Margarita, como la mujer librepensadora que es, también refleja los ideales humanistas, entre los que se encuentra la lectura directa de todos los textos (sin traducciones ni adaptaciones, no como se había hecho en la Edad Media). Esto lo podemos ver con mucha claridad en el Prólogo de la tercera jornada, cuando un narrador omnisciente dice que Oisille estaba preparando la lectura (se entiende que va a ser directa y de las Santas Escrituras) que les iba a hacer y que va a tener relación con lo que estuvieron hablando la jornada anterior (lo que pone al Prólogo en relación con el desarrollo de la historia marco). Además, si nos fijamos en detalles como que almorzaron con sobriedad (evitando excesos y sólo lo necesario) y que estaban tan concentrados y absortos que no habían oído las campanas de misa mayor, que recuerdan a pasajes del Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, podemos insertar la obra de Margarita de Navarra dentro de una tradición literaria.
Tras la lectura de la novela, nos damos cuenta de que otro punto importante es el amor (tanto sagrado como profano). Los relatos con esta temática, a parte de mostrar las relaciones que mantienen los hombres y las mujeres entre ellos y con la sociedad, también sirven para ir configurando el "carácter combativo" del Heptamerón. A lo largo de los diálogos podemos ir viendo cómo las mujeres que se refugian en la castidad, la fidelidad, el honor, la discreción y la moral cristiana, luchan por defenderse del bando masculino que intenta desprestigiarlas calificándolas de hipócritas, falsas, astutas y maliciosas (ya que, por ejemplo, detrás de su actos aparentemente más desinteresados creen que existe algún interés). Es en estas discusiones donde se establece el papel que tanto el hombre como la mujer tiene en la sociedad, intentando que el resultado sea justo e igualitario (no en vano los protagonistas son 5 hombres y 5 mujeres). Es también ahí donde vemos que la moralización se balancea entre un mensaje virtuoso y una libertad de conductas amorosas (que se justifica por la debilidad del ser humano).
Por otra parte, a lo largo de la novela podemos notar la influencia de Platón en dos aspectos fundamentales. El primero reside en los diálogos, pues recuerdan al método socrático con el cual, por ejemplo, el filósofo griego escribió La República o El Banquete. Una de las características de este libro y que Margarita parece tomar (pues con el término palabra podemos resumir el Heptamerón) es que a través del diálogo y del intercambio de ideas es posible aprender. El segundo de estos aspectos lo encontramos en los ideales neoplatónicos, que replantean la filosofía del amor y la concepción de la pareja y que se encuentran representados por Dagoucin (cuyo comportamiento e ideas a veces recuerdan al amor de los trovadores). La propia estructura abierta al diálogo entre los personajes refleja influencia de Platón.

Bibliografía:
AUBABUD , Camile (1993) Lire les Femmes de Lettres. ed. Dunod, Paris.
nota: Heptamerón leído en la edición de Cátedra cuya referencia completa no dispongo ahora.






No hay comentarios: